Julianna Barwick / Nepenthe

No cabe duda de que Julianna Barwick es una de las compositoras actuales más prestigiosas. Su música, creada a partir de la superposición de diferentes capas de polifonías vocales que Barwick arrastra, estira y repite hasta el infinito, en ocasiones acompañadas por otros instrumentos pero siempre en un primer plano, no tiene igual en el panorama musical actual. Gran parte de culpa del éxito de Barwick lo tiene por supuesto su magnífico debut ‘The Magic Place’, por lo que no es de extrañar que su continuación, ‘Nepenthe’, sea uno de los discos más esperados del año.

Al contrario que su predecesor, ‘Nepenthe’ no recibe su título de circunstancias felices. Asegura Barwick que “una muerte en la familia” inspiró la creación de este disco y por lo tanto ‘Nepenthe’, una medicina utilizada para la depresión, no podría ser un título más acertado: este disco suena efectivamente como un bálsamo para el alma. La música de Barwick, de hecho, nunca se ha caracterizado por ser particularmente sombría: aquí solo ‘Pyrrhic’, que no deja de ser un juego de contrastes entre la luminosidad de las voces y lo lúgubre de las cuerdas, podría más o menos considerarse una pieza oscura. Las melodías vocales de Barwick son sobre todo ascendentes y cegadoramente luminosas.

Y así ha sido siempre, en realidad. En ‘Nepenthe’, por tanto, Barwick continúa expandiendo su particular estilo formado por loops y capas vocales superpuestas y bañadas en reverb y el resultado son diez piezas de una belleza sobrecogedora, difícil de creer incluso. No en vano de la música de Barwick se dice mucho que suena como venida del cielo o que es exactamente lo que se oye allí arriba una vez uno ha muerto, de modo que las comparaciones que ha recibido la obra de la artista con Enya, Brian Eno o con la música ambient en general no pueden dejar de resultar algo ridículas o incluso innecesarias. ¿Qué extraño ser podría utilizar ‘The Harbinger’ como música de fondo?

‘Nepenthe’, sin embargo, supone una evolución en la carrera de Barwick por diferentes motivos. Esta ha sido la primera vez que la artista ha trabajado con alguien en la creación de una obra suya (ya había hecho alguna colaboración que otra en el pasado) y la primera vez que ha dejado a diversas personas participar ampliamente en su proyecto. La historia es que Barwick grabó ‘Nepenthe’ en el estudio de Alex Sommers en Reykjavík, dice que inspiradísima por los surrealistas paisajes islandeses, no solo junto a la mitad de Riceboy Sleeps y pareja de Jónsi de Sigur Rós sino también con un coro adolescente y Amiina, el conjunto de cuerdas femenino conocido por sus directos junto a Sigur Rós.

Curiosamente Sigur Rós parece una influencia en ‘Nepenthe’. ¿No encajaría ‘Pyrrhic’ en ‘Valtari’? De hecho, ¿no es esa voz que asoma tímidamente sobre sus monótonas cuerdas de acompañamiento la de Jónsi? Y también hay algo de Stars of the Lid en la contemplativa ‘Look Into Your Own Mind’ o en la final ‘Waving to You’, lo cual pone más aún en evidencia el protagonismo de las cuerdas en este disco. Pero, evidentemente, aquí la estrella es Barwick: desde el dinamismo de las voces en ‘Harbinger’ hasta lo meditativo de ‘Offing’ pasando por la emotividad de ‘Forever’, Barwick vuelve a demostrar en ‘Nepenthe’ el porqué de su éxito, y el resultado es uno de los discos del año.

Calificación: 8/10
Lo mejor: todo el disco en conjunto
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Escúchalo: Deezer

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Publicado por
Jordi Bardají