«Si no fuera pedir demasiado, ¿podríais twittear a los tweets de los que se hacen llamar periodistas (como Chris Martins de sit-and-Spin Magazine) que sí terminé mi concierto? Hice mi trabajo y ellos deberían hacer el suyo también. Todos han pasado por alto que hay una diferencia entre estar charlando en la parte trasera de una habitación, lo cual es simplemente molesto, y el típico borracho parlanchín, o el maleducado que interrumpe para preguntar y nos hace imposible trabajar. Espero que vuestros lectores estén a la última con el hecho de que les mienten. No habrá ningunas disculpas».