‘La Voz 2’: más de lo mismo

Telecinco debe estar haciendo algún tipo de experimento sociológico, o de test, para comprobar si algún día puede llegar a emitir un programa que dure un mes entero. Eso o que el Gobierno proclame los días siguientes a las emisiones de sus programas como festivos, para que la audiencia pueda aguantar el tute. Previo, programa y post; la duración prevista de la primera emisión de ‘La Voz’ era desde las diez de la noche hasta las dos y media de la mañana. Eso es conciliación laboral y lo demás es tontería.

El talent show que arrasa en Norteamérica (gracias, en parte a la presencia de superestrellas en el jurado como Shakira, Christina Aguilera o Adam Levine) vuelve a las pantallas de la cadena amiga sin muchos cambios: tan solo Melendi ha abandonado el elenco del jurado, y ha sido sustituido por Antonio Orozco, aportando un nuevo toque de sosez. Que, por lo menos, Melendi le ponía al programa un punto macarra, pero lo que es el equipo actual (compuesto por David Bisbal, Rosario, Malú y Orozco) promete dar eternas horas de aburrimiento sin fin.

Por lo demás, el formato del producto ha cambiado tirando a muy poco: ‘La Voz’ es uno de los pocos talent shows musicales que se mantienen en antena, tras los últimos fiascos de otros programas similares como ‘Factor X’ u ‘Operación Triunfo’. Un éxito nada predecible, pero un éxito al fin y al cabo que ha conseguido desmarcarse de sus competidores a base de utilizar al quemadísimo Jesús Vázquez y de imprimir un buen rollo al jurado para escapar de comentarios tipo Risto, que tanto han hecho sangrar a sus primos hermanos. Tampoco ha cambiado el gusto musical de la mayoría de los concursantes (ni el de Rosario, que sigue pulsando el botón indefectiblemente en cuanto huele un poco de flamenco, incluso aunque sea de segunda división).

Lo que sí promete afectar al programa es, sin lugar a dudas, el excesivo emplazamiento publicitario, que -literalmente- inunda el escenario, los camerinos, la sala de la familia… TO-DO. Han llegado a meter una tablet en el agua -de una forma naaaaaada forzada- para promocionar su resistencia al agua.

Pero como siempre, lo mejor son las frases que surgen en el programa, aunque a diferencia de lo que pasa en otros, como ‘Quién quiere casarse con mi hijo’, aquí no dan como para repetirlas en público, porque de puro ñoño son increíbles. ¿O alguien se imagina a sí mismo diciendo «la música es altruista y nos enaltece a todos», «el flamenco no se aprende, se nace» o «cuando yo canto, no pienso: me desplazo a otra dimensión, levito»?

Calificación: 5/10
Destacamos: que siguen contando historias lacrimógenas por doquier. ¡Un recurso que nunca falla, y menos en tiempos de crisis!
Te gustará si te gusta: Telecinco.
Predictor: si el año pasado ganó un heavy, solo por el morbo de saber si este año ganará un rastafari que canta reggae o la encantadora indie que se ha arrancado por Russian Red (y para ver cómo encaja con Rosariyo), merece la pena que aguante.

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Publicado por
Lolo Rodríguez