Si en su primera publicación de humor gráfico, ‘Ellos mismos‘, encontrábamos ingredientes similares a los programas de televisión ‘Muchachada Nuí’ y ‘Museo Coconut’, en esta obra sobre rocas ‘Realidad a la piedra’ –título sugerido por Ernesto Sevilla- encontramos algunas diferencias. El universo Reyes se amplía ahora haciéndonos pensar, pero tampoco demasiado porque el objetivo principal es hacer pasar un buen rato… que de hecho se hace demasiado corto dado el escaso número de páginas (además las impares esconden un caprichoso ejemplo de «Flick Book»).
Con el millón de frases hechas que hay en lengua castellana como “tirar piedras sobre tu mismo tejado” , “menos da una piedra” o “tropecé de nuevo con la misma piedra”, es muy de agradecer que Joaquín Reyes no haya recurrido a ni una sola de ellas en esta incursión. Es más, en ocasiones da la vuelta al concepto y contextualiza una piedra recreando la vida humana.
Como el cómico tiene debilidad por las celebridades, no ha podido evitar caer en la tentación de invitar a la piedra de Roseta, las catedrales del mar de Lugo, el monumento megalítico Stonehenge o el monte Rushmore, sin olvidar otras más anónimas como la piedra del riñón, la rosa del desierto o las piedras preciosas; pero en todos los casos dibujándolas e ilustrándolas de forma realista y nunca con ojos, brazos o piernas, logrando aun así un toque entrañable para unos personajes tan difíciles de despertar pasiones como cantos rodados, dólmenes, fósiles o monolitos. 7.