‘Joyland’: pesadilla en el parque de atracciones

Stephen King vuelve a estar de actualidad. Primero por las adaptaciones de sus novelas. Tras el éxito de la serie ‘La cúpula’, inspirada muy libremente en el libro del mismo nombre, está a punto de estrenarse la nueva adaptación de ‘Carrie’. Según su directora, una resucitada Kimberly Peirce (‘Boys Don’t Cry’), será mucho más fiel a la novela que su predecesora, la (extraordinaria) versión de Brian de Palma. También se ha anunciado que Cary Fukunaga (‘Jane Eyre’) será el encargado de adaptar, en dos partes, una de las novelas-icono de King, la terrorífica ‘It’.

Por otra parte, como gran aficionado al rock y el country, King ha cumplido un viejo sueño. Acaba de presentar ‘Ghost Brothers of Darkland County’, un musical con aires de cuento gótico sureño que ha escrito junto a John Mellencamp. El disco incluye temas cantados por Elvis Costello, Neko Case, Sheryl Crow o Kris Kristofferson.

Pero la noticia que más expectación ha generado tiene que ver con su último libro. El día 24 se publica en EE UU ‘Doctor Sleep’, la esperadísima secuela de ‘El resplandor’. Según sus propias palabras, un regreso al “terror fuerte” protagonizado por un Danny Torrance que ha dejado aparcado su triciclo pero que mantiene intacto su don, «el resplandor».

A la espera de que llegue la traducción (prevista para noviembre), vamos a hablar de su penúltima novela, ‘Joyland’, publicada este verano en España por Random. Quizá por ser un trabajo de encargo, o por tener “solo” trescientas páginas, o por ser deliberadamente pulp o, quizá, porque la sombra de ‘Doctor Sleep’, aun antes de estar terminada, ya era muy alargada, lo cierto es que ‘Joyland’ ha pasado bastante desapercibida. Y no lo merece.

Como ‘Colorado Kid’ (2005), ‘Joyland’ fue publicada originalmente por Hard Case Crime, un sello dedicado a rendir tributo a la novela negra barata; a recuperar clásicos descatalogados, apostar por nuevos talentos y, cuando es posible, contratar a escritores consagrados para que realicen su propio homenaje/revisitación del subgénero. La colección se ha hecho también popular entre los aficionados por el diseño gozosamente retro de sus portadas; algo que, desgraciadamente, ha desaparecido en la versión española, que ha apostado por una imagen mucho más convencional

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‘Joyland’ no es el clásico “tocho” superventas de King. ‘Joyland’ es su novela de kiosko. Un entretenimiento estival, conciso, aparentemente ligero y tan modesto en pretensiones como rico en resultados. Hay mucho homenaje (‘El carnaval de las tinieblas’ de Bradbury) y autohomenaje (‘La zona muerta’). Hay fantasmas, asesinos en serie y niños con “el resplandor”. Hay costumbrismo y atmósferas inquietantes. Pero, debajo de esa superficie pulp, lo que realmente hay (y lo que de verdad le interesa al autor) es un melancólico relato de iniciación: la narración, en pasado y en primera persona, de un “verano inolvidable” en la vida de un desorientado veinteañero. Una historia de descubrimientos sentimentales en un crepuscular y entrañable viejo parque de atracciones por donde resuenan los ecos de ‘Adventureland’ (2009) o ‘Cuenta conmigo’ (1986).

A pesar de que le cuesta arrancar, de que se demora demasiado al principio describiendo el funcionamiento del parque, la novela acaba funcionando como la mejor de las atracciones. King nos da un nostálgico paseo por el túnel del (des)amor, nos mete miedo en el pasaje del terror y acaba dándonos una vuelta en la noria a la velocidad de una montaña rusa. No es de lo mejor de King, pero casi. 7.

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Publicado por
Joric
Tags: stephen king