Todo ‘Bitter Rival’, producido por el miembro masculino del grupo, Derek Miller, y mezclado por el habitual de Kanye West Andrew Dawson, está así marcado por la sensibilidad melódica de Krauss, quien en ocasiones parece querer revivir su pasado como cantante de un grupo de pop con unas melodías un tanto chiclosas como la de ‘Young Legends’ o la de la algo ridícula –y no solo por la letra– ‘Minnie’. Pero son al fin y al cabo canciones irresistiblemente pegadizas y, sobre todo, lo suficientemente distinguibles como para que la homogeneidad del sonido Sleigh Bells no se las termine comiendo.
Miller, que describe ‘Bitter Rivals’ como un disco más alegre tras haber superado la muerte de su padre (desgracia que ensombreció el sonido del anterior trabajo del grupo
) entrega por su parte más agresivos guitarrazos metal (‘You Don’t Get Me Twice’) y más teclados propios del rock ochentero (‘Sing Like A Wire’) en una colección de canciones de electro-rock adrenalínico impulsada de nuevo por ritmos espaciosos y heroicos, algunos más negros que otros (‘Love Sick’), y acentuadamente lo-fi. Es decir, lo de siempre.Ese es el mayor problema de ‘Bitter Rivals’, y es que cuatro años después de la publicación de ‘Treats’, aquel pionero debut que sorprendió a todos y sigue sonando tan fresco y “cool” como el primer día, Sleigh Bells apenas evolucionan musicalmente a cada disco que sacan. Cabe preguntarse hasta qué punto quiere la banda probar cosas distintas con su sonido cuando deja tan poco margen entre disco y disco, y es innegable que su habilidad para componer canciones memorables sigue intacta, pero igual es momento de probar algo distinto. ¿O quién escogería esto frente a ‘Treats’?
Calificación: 6/10
Lo mejor: ‘Sugarcane’, ‘Young Legends’, ‘Sing Like A Wire’
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