Siguiendo estas declaraciones y según recoge The Guardian el servicio penitenciario federal ruso ha informado de que Nadezhda se encuentra efectivamente en una nueva prisión y de que su paradero le sería comunicado a su familia una vez transcurridos diez días desde su traslado «de acuerdo con el reglamento». Sin embargo, ha pasado este tiempo y el marido de Nadezhda ha declarado a Rolling Stone que todavía no sabe con certeza cuál es la prisión en la que se encuentra, si bien cree que se trata de Colony 50, bastante más remota que la anterior. Pavel está convencido de que tanto el traslado como la desinformación son sendos castigos por la huelga de hambre.