Juana Molina / Wed 21

Hay un momento en el nuevo disco de Juana Molina en el que la argentina desnuda una de sus canciones hasta dejarla en una serie de “beeps” de sintetizador repetitivos, a los que luego se les une el crujir de unas puertas a modo de ambientación fantasmagórica. Es un instante absolutamente sublime solo degustable con cascos y en el silencio máximo: tal es la sutileza con la que trabaja Molina que la artista logra que los momentos más bellos de sus discos sean siempre los que más cuesta captar de primeras.

El tema en concreto es ‘El Oso de la Guarda’. Luego hay otro momento parecido en ‘Bicho Auto’, cuando sin avisar aparece en el canal izquierdo del auricular una especie de silbido maravilloso que parece intentar hacerse paso entre la concurrida maraña de elementos. ‘Bicho Auto’ además termina de manera de nuevo inesperada: Molina alarga el último acorde hasta sumergirlo en un baño de oscuro y evocador ambient en el que van surgiendo esporádicamente pequeños samples de ruido blanco. La atención en el detalle con la que Molina aborda su trabajo, pues, es exactamente el mismo con el que este merece ser analizado, quizás más teniendo en cuenta que la misma Molina ha escrito, compuesto, arreglado, grabado y producido todo el disco en su casa de Buenos Aires.

La fórmula de la autora de ‘Son’, por eso, es bastante sencilla: la artista presenta primero un elemento instrumental –la mayoría de las veces, como en ‘Eras’, unos punteos de guitarra o bajo–, y luego extiende este elemento en un loop eterno al que progresivamente se le van añadiendo más secciones, ya sean rítmicas, melódicas u ornamentales. Con todos estos elementos Molina va construyendo la canción y conduciéndola hasta su clímax de la manera más sutil y orgánica posible. Lo que consigue Molina con esto no es sonar repetitiva, sino que sus canciones, lejos de envejecer a la quinta escucha, no dejen en ningún momento de resultar fascinantes.

‘Eras’, el primer single del disco, no es el caso más representativo de esto pero sí quizás el más accesible: con esos carnales punteos de bajo, el gancho del “come quickly” y ese “1 2 3 4 5 6 7 vidas te esperé” del final constituyen algunas de las melodías más pegadizas del disco junto al “¿quién decidió determinar qué es un adiós? Lo decidí yo” de ‘Lo decidí yo’ o el estribillo de la hipnótica ‘Sin guía, no’. Pero esta necesaria sensibilidad melódica con la que Molina embellece sus canciones solo está ahí como un elemento más del en ocasiones disonante paisaje sónico: la mayoría de estas melodías suenan improvisadas y solo buscan la atmósfera desde la experimentación más intuitiva.

El resultado en conjunto es algo increíblemente complicado de describir y por supuesto imposible de clasificar. ‘Wed 21’ desde luego no es un disco preocupado por los géneros: las guitarras acústicas de ‘Bicho Auto’ y ‘La rata’ podrán tener algo de country, algunos bajos algo de post-punk, algunos sintetizadores algo de krautrock o ‘Ay no se ofendan’ ser la canción más evidentemente electrónica del disco con ese plano e hipnótico pulso entrecortado, pero Molina no compone sus temas buscando que estos se ajusten a los parámetros de un género sino que este se adapte a su idea. Es una manera de jugar con la música que Molina logra materializar en algo en constante metamorfosis y que fluye suavemente, como los cálidos bajos de la deliciosamente tribal ‘El Oso de la Guarda’, y que posee a su vez una enorme profundidad.

Que esta profundidad sea meramente sónica es otro cantar. Juana Molina no va a hacernos llorar con este disco y probablemente tampoco lo ha intentado: sus letras, como la de ‘Sin guía, no’, no se retuercen en lo más hondo del sentimiento humano para que del oyente brote una lágrima; tienen algo de costumbrista y por lo tanto cierto tono humorístico que nos remite al pasado de la argentina como cómica en un programa de televisión. Pero la riqueza y complejidad musical de ‘Wed 21’, con sus innumerables texturas y ritmos, va a hacer que dentro de unos años sigamos volviendo a él en busca de aquella experiencia que nos mantuvo subyugados durante todo su recorrido. Sí, este es uno de esos discos.

Juana Molina estará hoy 18 de noviembre presentando ‘Wed 21’ en el Teatro Lara de Madrid dentro de la programación de Viva la Canción, el 21 de noviembre en una sala por confirmar de Zaragoza, el 22 de noviembre en una sala por confirmar de Granada y el día 23 en el BIME de Bilbao.

Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Eras’, ‘Ay, no se ofendan’, ‘Bicho Auto’, ‘El Oso de la Guarda’
Te gustará si te gusta: dejarte subyugar por la música
Escúchalo: Deezer

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Publicado por
Jordi Bardají
Tags: juana molina