Según informa la Cadena Ser, el joven que ha sido puesto a disposición judicial, se aprovechó de su puesto como mozo de almacén para sustraer el CD original antes de que se comercializara y luego vender el CD por internet. Al final lo filtró y se calcula que se descargó nada menos que 60.000 veces. La discográfica cifra el daño causado en 100.000 euros, no sólo por hipotéticas ventas, sino por toda la campaña de márketing y lanzamiento previamente diseñada que se quedó en nada. Esto dice la discográfica en un comunicado según El País: «Todos los discos de Extremoduro son esperados con ansia, más que los de ningún otro artista en este país, por eso las medidas de prevención ante las copias ilegales son mayores que con otros discos», puntualizando luego: «siempre hay agujeros que los ladrones saben aprovechar mejor que nadie. En la cadena de producción se robaron varios CD, hecho que se denunció ya que aparecieron anuncios pretendiendo su venta. Una semana después el álbum ha aparecido en la red, haciendo que el tráfico en las webs de descargas haya incrementado un 1000%».
El jefe de delitos telemáticos de la Guardia Civil, Óscar de la Cruz, ha destacado en la anunciada rueda de prensa que se trata de la primera vez que se logra identificar en España al autor de la filtración de un disco, en el marco de la llamada ‘Operación Agila’, desarrollada en las localidades de Madrid, Alcarcón y Móstoles. El nombre proviene de la obra maestra del grupo, llamada así, ‘Agila’, editada en 1996 y un «sleeper» desde entonces.
De la Cruz ha añadido que el joven «alardeaba de poder conseguir todos los discos que quisiera antes de que se pusieran a la venta». El detenido podría enfrentarse a penas de prisión de entre seis meses y dos años, pero si el juez considera agravantes, la pena podría aumentar hasta cuatro años.
A pesar del dato aportado sobre la primera identificación en España del autor de la filtración de un disco, todos recordamos la que se produjo en Zaragoza a raíz de la filtración de un single de Madonna, o, fuera de nuestras fronteras, la de un fan de Depeche Mode en Polonia.