Pudimos hablar con la propia Brigitte Laverne en un descanso de la grabación de voces y algunas bases. Tras este proyecto de synth pop de evidente reminiscencia ochentera y con un notable talento para crear ganchos pop, está una joven de Vilanova que se muestra como una ágil conversadora, confiada en sus posibilidades y muy sincera en sus afirmaciones. Aunque no estará actuando junto a Wavves en el Make Noise Festival del próximo sábado día 30 de noviembre en la sala Apolo de Barcelona (invitaciones aquí), Brigitte Laverne sí lo hará el viernes día 29 en la sala Slow de la misma ciudad, junto a Esponja y Sickbrain.
¿Cuál es el punto de partida del proyecto, cómo nace? ¿Has tenido proyectos previos?
Bueno, yo empecé a hacer música muy pequeña, desde que empecé a estudiar en el conservatorio de Vilanova, donde he estado 16 años, y desde siempre me interesó más componer que interpretar la música de otros. Hace algún tiempo intenté montar un grupo con Álex [NdE: su actual bajista], un amigo mío de Shanghai que está muy loco y un mallorquín. Fue muy divertido, tocábamos en el sótano de casa de mis padres y demás, pero cuando quise que fuera una cosa un poco más seria y había que invertir tiempo y dinero, se echaron atrás. Y así me lancé a hacer mi propio proyecto, empecé grabando en el ordenador con un viejo teclado que tenía mi padre en el sótano, con sonidos midi, creando bases y demás. Álex me regaló un micro y me dijo que tenía que cantar y meter voces sobre eso y así fueron saliendo las canciones. Luego un amigo me ayudó y animó a crear un Bandcamp, aunque yo pensé que no serviría de gran cosa, y bueno, ha ido todo muy rápido a partir de ahí, muchísimas visitas, mucha gente preguntando, entrevistas…
He leído esas entrevistas. Me llamó la atención que, en una de ellas, decías que aunque tu música está inspirada en el sonido de sintetizadores clásico de los 80, a ti te gustan las bandas actuales que hacen ese sonido, mucho más que los propios grupos de aquellos años. Me llamó la atención porque me parece una afirmación bastante sincera y valiente, que siempre queda mejor decir que siempre has sido muy fan de OMD y demás. ¿Me podrías contar más? ¿Qué encuentras en bandas como College, Thieves Like Us o Neon Neon que no en las originales?
Mi padre escucha a todas horas esos grupos y siempre hemos discutido porque yo le veía un punto muy hortera que no soportaba. Y claro, cuando le puse mis canciones me decía: «¡pero si tú odias la música de los 80!». Cuando le enseño a esos grupos que mencionas o a John Maus, que me encanta, él apunta a la ironía de que me guste eso y odie los 80. Y yo le contesto: «bueno, me gustan The Cure» (Risas). Intento que me guste pero les veo ese punto hortera que no soporto. En cambio estos grupos toman esos aires retro de los sintes, que me encantan, y le añaden esas guitarras y bases tan cañeras que lo hacen sonar vigente. No tengo una explicación clara, pero enseguida reconozco algo que me gusta y en el 100% de las ocasiones es actual, no de entonces.
Yo encuentro bastantes similitudes en tus canciones con el italodisco y también con los grupos del sello Italians Do It Better. Sobre todo con Glass Candy. Apuesto a que son tus favoritos del sello…
Sí, sí, me encantan. Me encanta sobre todo la cantante, Ida No. Me flipa cómo únicamente con un arpeggiator, que yo también uso a menudo, un buen beat y una voz bonita como la suya se puede sonar tan rematadamente bien y decir tanto.
Ya que hablamos de sonido retro, me veo en la obligación de preguntarte qué opinión te merece ‘Random Access Memories‘ de Daft Punk, uno de los discos más polémicos del año y al que se acusa de saquear los sonidos electrónicos de los 80 y 70 sin aportar gran cosa. ¿Cuál es tu postura?
A mí me gusta, sí, quizá porque lo descubrí en un momento personal muy bonito, estando en Londres a finales del pasado verano, y lo escuché muchísimo entonces y me da muy buen rollo. Sí debo decir que hay algún tema que suena un poco a peli porno antigua, con ese punto hortera que decía, pero en general me encanta, sí.
Dentro del pop electrónico con un punto retro que se hace ahora, como el tuyo, podíamos decir que hay una vertiente más orientada a la pista de baile y otra más ambiental y evocadora. ¿Con cuál de esas dos líneas te gustaría más que se identificara a Brigitte Laverne?
Me gustaría que se identificara con lo más bailable, aunque eso no quita que tenga algunos temas más tranquilos e instrumentales un poco ambient. Yo quiero que la gente baile con mi música, que esté feliz, que esté bien. Y cuando no sean bailables, que les llegue, que les toque. No es fácil, pero yo al menos lo intento.
En tu Bandcamp etiquetas tu música como lo-fi. Ahora que te enfrentas a un estudio de grabación, con más y mejores medios técnicos, ¿hasta qué punto puede eso estar reñido con tu estilo? ¿Te has planteado que eso pueda borrar esa etiqueta de tus canciones?
He leído que planeas sacar un EP en el futuro, ¿serán estas grabaciones las que estarán en él?
Sí, son estas canciones las que irán en el EP. Serán las tres canciones del Bandcamp, ‘Joy’, ‘Beto’ y ‘Phoebe’s Room’, y una más.
¿Y cuáles son tus planes a corto o medio plazo para Brigitte Laverne?
Lo primero, sacar el EP y después rodarlo todo lo que pueda, tocar. Lo que más me interesa ahora mismo es el directo, en el que estaremos Álex, al bajo, y yo, con voces y teclados. Y después, trataré de hacer un álbum. Los temas están compuestos, tengo las demos en Logic y las voy avanzando en cuanto tengo tiempo. Cuando estén acabados, los grabaré.
¿Hasta qué punto es importante para ti la imagen? Toda la estética de tu Bandcamp, las fotos, parecen muy pensados…
Sí, es importante para mí. Yo creo que es positivo cuidar ese aspecto, porque es un proyecto que creo que musicalmente es bastante singular, al menos en nuestro país, y que ayuda a dar una idea más completa. Y bueno, como chica, me gusta cuidar eso también… (risas)
De hecho, también quería preguntarte sobre el debate del sexismo en el pop, que está bastante de actualidad. ¿Alguna vez has percibido algún tipo de sexismo como músico, por parte de público, periodistas, promotores, otros músicos…?
Pues la verdad es que no, para nada. No sé si tendrá que ver que siempre me he rodeado de chicos, mis mejores amigos son chicos, tengo un hermano… Con otros musicos, técnicos, compañeros o periodistas, nunca he notado discriminación.
Antes mencionabas la singularidad de Brigitte Laverne en el panorama, supongo que porque el synth pop es un género tradicionalmente menos valorado por aquí que el rock de guitarras. ¿Crees que eso puede cambiar en el futuro?
Bueno, yo creo que ya lo ha hecho. No sé si mencionar otra vez el tema de la banda sonora de ‘Drive’, que siempre caigo en lo mismo, pero de verdad pienso que ha podido marcar un antes y un después en cuanto a aceptación por parte del público para la música de sintetizadores. Al menos yo lo percibo así, y pienso que eso ayudará a que surjan más grupos. Por ejemplo El Último Vecino, que sí, son más guitarreros, pero tienen ese punto en los teclados que me encanta.
No sé si llevas suficiente tiempo en esto para juzgarlo pero, aunque es evidente que todo está forzado por la mala situación del sector cultural, en mi opinión se percibe cierta falta de ambición y conformismo en las bandas nuevas del panorama underground. ¿Cómo lo percibes tú, con un proyecto como el tuyo que está emergiendo?
Coincido en que hay mucho conformismo, lo cual es muy malo. Escucho gente que se escuda en que hay demasiados grupos o que no tienen pasta, que es normal, pero pienso que en realidad se trata más bien de una cuestión de autoconfianza. Yo he tenido la suerte de tener quien me ha apoyado, ha creído en mi talento y me ha animado a tomarme en serio Brigitte Laverne y quizá falte ese empujón para no limitarte a grabar de cualquier forma y pagar por tocar, que es lo que está pasando. Desde luego, la situación acojona cuando te metes en esto, porque requiere muchas horas de trabajo y casi nadie puede vivir de ello.