Comparando tanto ‘Matilda‘ como el resto de tus discos con ‘Nova Creu Alta’, aunque se siguen apreciando los rasgos típicos de tus canciones, el enfoque es mucho más agresivo, más rock, con guitarras bastante ruidosas. ¿Qué ha sucedido entre disco y disco para que des este paso?
Después de los últimos discos tenía la sensación de que estaba llegando al final de un camino, de mi propio camino. Entonces pasaron varias cosas: con Christina Rosenvinge estuve tocando la guitarra eléctrica en directo, también con Sílvia Pérez Cruz, y vi que tenía muchas ganas de tocar la eléctrica. Soy una persona que se aburre enseguida de las cosas y necesita cambiar para encontrar motivación. También ha habido una serie de discos que he vuelto a escuchar que me han motivado. Por ejemplo me he vuelto a encontrar con Jawbreaker, que no es que tengan que ver estrictamente con mi nuevo disco, pero sí a nivel de energía, y también con otras bandas como Black Sabbath. También vi a Jack White en directo y flipé con él como guitarrista. Me ha vuelto a interesar la idea del guitarrista y del rock. Por otro lado quería divertirme grabando, tenía muchas ganas de tocar y pocas de pensar, porque normalmente cuando grabo pienso mucho en dónde colocar los micros y cosas así, pero aquí quise ser mucho más punki, colocar el micro rápido, saturar el previo y grabar. Además, con la situación social que estamos viviendo, me pegaba menos un disco acústico. Es el disco más hacia afuera que he hecho y me he divertido haciéndolo y también quiero que la gente se divierta escuchándolo.
De hecho al escuchar tu nuevo álbum podría pensarse que es un proyecto paralelo a Refree…
No es descabellado. Cuando empecé a grabar estas canciones estuve incluso pensando en nombres para el proyecto, pero por una carambola llegó la gente del Primavera Sound, con quienes he colaborado varias veces y me preguntaron por lo que estaba haciendo, ya que estaban montando un sello. Escucharon lo que había hecho, les gustó mucho y les dije que no sabía si llamarlo Refree y me dijeron que sí, que no fuera cobarde, que tenía que ser Refree porque seguía siéndolo aunque sonara de otra manera.
Nuevo disco, nuevo sonido y también nuevo sello discográfico (nde: El Segell Del Primavera), volviendo a trabajar con un sello al uso. ¿Qué ha ocurrido para que no hayas repetido la autoedición bajo el auspicio de Marxophone? ¿Te quedan malos recuerdos de la experiencia?
No, hay menos complicación en la respuesta de lo que puede parecer. Yo en Marxophone estuve muy contento, me parece un proyecto muy chulo y lo apoyo 100%, pero este disco por alguna razón no me cuadraba. Tuve la sensación de que la gente que lo podía entender es la gente que lo ha sacado. A nivel de gusto musical y la forma de trabajar creo que ellos encajan mejor con este disco.
Comentabas antes que ‘Matilda’ supuso un final de etapa y por ello entiendo mejor la edición de ‘Tots Sants’, donde grababas en directo temas de tu carrera en solitario celebrando diez años de actividad como Refree. ¿Lo veías así también cuando se editó?
Cuando terminé ‘Matilda’ no era tan consciente de ello, pero con ‘Tots Sants’ tenía claro que era como un punto y final a esa manera de trabajar tan folk y con orquestación. No quiere decir que no vuelva a hacer un disco acústico, pero sí es un final para esa manera de hacer las cosas.
Al escuchar las letras de los temas de ‘Nova Creu Alta’, se aprecia un tono más sombrío, más introspectivo que de costumbre. ¿Lo achacas, como decías antes, a la situación social actual o hay más cosas ahí dentro que querías sacar?
Recuerdo que en la anterior entrevista que mantuvimos me comentabas que no podías hacer letras solo en castellano o en catalán porque no sería representativo de tu realidad, que cubre ambos idiomas. En cambio, en tu nuevo álbum cantas únicamente en catalán. ¿Qué ha cambiado?
Siguiendo lo que te decía la otra vez, siempre he dejado fluir lo que me salía al escribir, y si me salía en catalán, pues se quedaba en catalán y si me salía en castellano, pues en castellano. Aquí ha salido todo en catalán y la única explicación que le encuentro es que, por los temas que he tratado, me sentía más cómodo en catalán. También puede ser que como en este disco tenía en mi cabeza que era otro proyecto, empecé en catalán y terminé en catalán. Mi realidad sigue siendo la misma y no quiere decir que no vuelva a escribir en castellano. Es difícil de explicar. Desde luego no responde a ningún gesto político.
Sobre tu trabajo con Kiko Veneno, ¿cómo te sentiste ante el proyecto? ¿sentiste una responsabilidad importante? ¿quedasteis contentos con el resultado?
Obviamente había una responsabilidad. Kiko es para mí de los artistas más grandes de este país y por sus manos han pasado discos brutales. Pero tengo la suerte de haber trabajado con gente con un talento brutal. Entonces esta responsabilidad la noto desde hace tiempo. Haber trabajado con Alfaro o con Sílvia era una responsabilidad y trabajar con Christina Rosenvinge lo es también y lo es con todo el mundo con el que he trabajado. Hay que tener claro como productor que no se puede trabajar con cada disco como uno más, porque estás trabajando con algo que para el artista es importante. No se busca a un productor porque sí, sino porque hay algo importante y especial entre manos. Hay que involucrarse al máximo. Con el disco de Kiko me adapté casi de manera inconsciente a su manera de trabajar, lo hicimos muy despacio. Estuvimos trabajando durante seis meses o más, que no es lo habitual. Ha sido un disco clave para mi carrera como productor y es un disco que si no se entiende ahora, se entenderá con los años, es un disco importante. Estamos encantados de habernos encontrado y creo que vamos a seguir trabajando juntos.
‘Nova Creu Alta’, además de la edición digital, solo ve el vinilo como formato físico. ¿Eres de los que ve el CD como un formato obsoleto?
Le tengo un poco de manía al formato CD. El CD me aburre, es como el euro, nos dieron un cambiazo chungo y nos gastamos dinero en discos que han perdido todo el valor. Es un objeto inerte. Si no escucho el vinilo me pongo el Deezer y encantado con ello también. El CD me ocupa espacio y no me gusta. Cuando hablé de esto con la gente del Primavera, fueron más radicales que yo, no querían fabricar CDs y yo pensé que era una idea de puta madre sacarlo solo en vinilo, que además ha quedado muy bonito, con un diseño brutal. El CD está muerto, pero todo vuelve, igual dentro de unos años a la gente le hace gracia. Para mí, la escucha relajada debería ser solo con vinilo.
Como habitualmente andas en mil proyectos, no se me ocurre mejor manera de terminar la entrevista que preguntándote por lo que estás haciendo además de con Refree… ¿sigues tan liado como siempre?
Son tantas cosas que tengo que coger carrerilla para decirlo todo de golpe…estoy terminando la mezcla del disco de Christina Rosenvinge, que lo grabamos entre junio y agosto y saldrá en febrero. También saldrá ahora otro disco, el de Els Pets, que es una banda de pop catalana y es un disco de pop muy elaborado, muy Crosby, Stills, Nash & Young. También voy a producir un disco de Amnistía Internacional para los derechos de los niños donde va a salir gente como Christina, Kiko, Maria Rodés o Joan Colomo. Con Kiko tenemos un proyecto orquestal con cuerdas. Estuve también con Lee Ranaldo grabando unas sesiones que hizo en Barcelona y lo estoy mezclando, saldrá en marzo. Luego también queda la gira de Refree en enero y febrero y ahora está lo del Primavera Touring Party en noviembre, donde toco el disco entero. Ah, y otra cosa importante ya para terminar: también queremos hacer un disco Sílvia Pérez Cruz y yo, de guitarra y voz en directo. Nos entendemos muy bien y tenemos una energía muy potente tras haber tocado juntos muchos años y queremos hacer un disco, salvando las distancias, a lo Morente y Habichuela. Queremos hacer cinco conciertos seguidos, con guitarra acústica y también eléctrica para hacer texturas y hacer algo más experimental y grabarlo todo en directo.