Fuzzipopes & the Devil’s Carpet se encargaron de dar inicio a la noche con un “hola, somos Vetusta Morla”, evidenciando de este modo un sentido del humor que también se traslada a su música, puro garage-punk juvenil sin pretensiones. Presentaron su EP ‘Sri Lanka’ con temas como ‘The Lock’ o ‘Riverchild’, es decir, sonando tan pronto a Stone Roses como a los Ramones o a los Sex Pistols. Da Souza les siguieron con una puesta en escena más comedida pero no exenta de agresividad en las guitarras o en las voces. Sonaron temas de su ‘Pau Mundial’ con momentos más contundentes y otros más atmosféricos, evidenciando el claro enfoque melódico de su propuesta en oposición al sonido de las otras dos bandas escogidas. Y finalmente salieron Power Burkas al escenario para tocar los temas de su EP homónimo, que se sucedieron uno tras otro sin concesión a los aplausos del público. ‘Perdó i oblit’ fue la primera en sonar pero ‘Avorriment’ o ‘Hole’ también hicieron temblar la sala con su robusto sonido, quizás el más punk de todos. Un set electrizante que terminaba con la sala considerablemente más llena que al principio, ya más o menos preparada para la ola surf de Wavves.
Cinco minutos antes de tiempo Wavves apareció al escenario. En poco tiempo la banda se ventiló ‘Post Acid’, ‘Super Soaker’ y ‘Bug’, tres de sus mejores canciones, esta última con cuerda rota incluida (la de la guitarra del bajista). Atronaron especialmente en un set que fue el de siempre aunque con menos temas, no se sabe por qué. Se dejaron para otra ocasión, por ejemplo, la fantástica ‘Nine Is God’ (con lo que gusta ‘GTA’ por aquí). De manera evidente Wavves confeccionó su set en torno a sus piezas más tarareables (¿qué ha sido de los tiempos de ‘Wavvves
’?), una decisión acertada viendo el pogo formado en las primeras filas, con gente lanzando cervezas o levantada en brazos de la multitud mientras Nathan, ya sin su chaqueta negra ni su jersey gris, tocaba en camiseta de rayas hits como ‘Paranoid’ o, con la sala cada vez más llena, ‘Linus Speacehead’.En uno de los momentos más tiernos de la noche, Nathan anunció que su bajista Steven iba a ser padre. Los asistentes, hasta arriba de cerveza o no, aplaudieron sus palabras con entusiasmo, pero fueron las canciones de Wavves las que generaron los mayores momentos de locura. ‘King of the Beach’ fue por supuesto la más celebrada, mientras algunas personas del público subían al escenario (qué valor) para lanzarse de cabeza unos segundos después. Claramente cierto sector del público entendió el surf rock garagero de Wavves como una excusa para el desfase y eso hizo la experiencia de la noche más entretenida. Puede que Wavves se dedicara ‘Idiot’ a sí mismo o que no tuviera reparos en tocar ante cientos de personas un tema como ‘Afraid of Heights’, pero por lo menos se fue a casa con la sensación de haber ofrecido un show vibrante, energético y divertido, y el público de haberlo disfrutado.
Fotos: Eric Pamies, Susana Lopez Blanco.