Vincent Delerm / Les amants parallèles

Dice Maxime Le Guil -ingeniero y coproductor de este ‘Les amants parallèles’- que a la hora de grabar el que ya es el quinto disco de Vincent Delerm, se partió de tres grandes premisas (un poco a lo Stephin Merritt). Una era temática: las canciones formaban parte de una historia. La historia de una pareja a través de retazos de la vida cotidiana. Un regalo de Vincent Delerm a su propia pareja en su décimo aniversario. Otra era ambiental: el álbum debía respirar el ambiente de la Nouvelle Vague, recordar a las películas de Truffaut, transmitir la nostalgia de una Anna Karina fumando a través de la ventana de un café. La última de las premisas era técnica: pese a no ser un disco de canciones a piano, se trataría de resolver toda la instrumentación únicamente con el uso de diferentes pianos y su posterior alteración.

Le Guil echó mano del arreglista Clément Ducol -con el que ya había trabajado en el disco de Camille ‘Ilo Veyou’- y los tres, junto a un par de pianistas y a Rosemary Standley -vocalista del grupo francoamericano Moriarty- consiguieron realizar un trabajo que, sin dejar de sonar a Delerm en ningún momento, consigue marcar una cierta distancia con lo que se podría esperar. En buena medida porque no es el disco autocomplaciente con el que que el hijo del respetado escritor Philippe Delerm celebraría -junto a otros Bohéme Bourgeois de la Rive Gauche- su llegada a la madurez como un artista de notable éxito. En absoluto, el baño de masas del star system cultural galo se lo dejó en el directo ‘Favourite Songs’. Pero si bien en el justo anterior y notable ‘Quinze chansons‘ optó por cierta discreción, en este ‘Les amants parallèles’ apuesta por un enfoque mucho más arty y ambicioso. Un punto de vista que no riñe con una marcada delicadeza en apariencia minimalista y austera pero, en el fondo, con bastantes matices.

Aunque ‘L’avion’ sirve de introducción, el disco empieza propiamente con ‘Le film’ (que también lo cierra en una preciosa variación instrumental), toda una declaración de intenciones de lo que va a ser el álbum y que, como en ‘Bruits des nuits d’été’, podría recordar a los temas más pop de Chapelier Fou. Cortes estratégicamente situados -como ‘Robe’, ‘Ces deux-là’ o ‘Ils avaient fait les valises dans la nuit’- basados en textos hablados sobre evocadores fondos a lo Yann Tiersen, pueden confundir y hacernos creer que estamos ante una colección de canciones medio de spoken word pensada para un público francófono. Pero justo en ese momento llega Delerm con su melodía perfecta en píldoras de menos de dos minutos: ‘Super Bowl’, ‘Embrasse-moi’ o las más tropicales ‘Les amants parallèles’ (un reggae en la medida que el ‘Is a Woman’ de Lambchop pueda serlo) y ‘Grand plongeoir’ (con un piano que por momentos podría ser una steelpan).

Pero también hay espacio para desarrollos más largos en los justificados cinco minutos de ‘Haçienda’ (sí, se refiere al club de Manchester) o para canciones de una hermosura tan quebradiza como ‘Et la fois où tu as’. Con todo, el álbum se pasa en un suspiro y es casi inevitable querer volver a escucharlo y, con ello, quedarte atrapado en sus ganchos melódicos y su atmósfera uniforme. Un disco burgués, en voz baja, que canta a algo tan manido como la relación de pareja usando los recursos habituales de la chanson, pero que consigue mantenerse constantemente inquieto a través de la distribución de sus virtudes y hallazgos con inteligencia y sentido. Una pequeña maravilla.

Calificación: 8,5/10
Lo mejor: ‘Les amants parallèles’, ‘Et la fois où tu as’, ‘Le film’, ‘Super Bowl’, ‘Grand plongeoir’
Te gustará si te gusta: Chapelier Fou, Mathieu Boogaerts, Chilly Gonzales
Escúchalo: Deezer

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Publicado por
Carlos Úbeda