Eminem / The Marshall Mathers LP 2

Es probable que Eminem sea el único rapero del mundo que sigue sonando en la radiofórmula española. Que sus nuevos sencillos sean estrenados en exclusiva por una cadena como Los 40 Principales, debería ser más que indicativo del estatus de Eminem en el mundo. Hace más de una década, cuando se publicó su primer disco, muchos (entre los que me incluyo) pensamos que la gracia estaba bien, pero que no pasaría de aquello. Sorprendentemente a ‘My Name Is’ le siguió con mayor éxito ‘The Real Slim Shady’ y de ahí una carrera imparable que le ha convertido en el rapero que más discos ha vendido en la historia. Supongo que sería contraproducente adentrarse en las razones de este éxito, para mí, inexplicable.

Su nueva entrega comparte título con uno de sus discos más vendidos, y el que se considera su obra cumbre, ‘The Marshall Mathers LP’ de 2000. Esta continuación que publica este año, titulada abiertamente ‘The Marshall Mathers LP 2’, sustenta su concepto en algo tan ligero como que el propio rapero admite que durante la preparación de las nuevas canciones, le sonaban a lo que había hecho hace 13 años y decidió darle ese aire de secuela.

El artista, de una manera bastante forzada, intenta conectar muchas de las canciones de este disco con las de aquella entrega. ‘Bad Guy’ con ‘Stan’ y ‘Stronger Than I Was’ con ‘Kim’ son un par de ejemplos pero, aparte de eso, la relación entre ambos discos queda bastante dispersa. Hay muchos elementos que unen no sólo este disco con la parte 1 sino con toda su carrera: la manera de rapear de Eminem y sus letras llenas de odio (‘Rhyme Or Reason’), el ataque a sus padres o a su ex esposa, y por extensión a todo el resto de la humanidad, son elementos indisociables de la música del artista. Pero aparte de esa explicación, casi anecdótica, no hay más conexión y este nuevo trabajo tampoco supone ninguna evolución del artista. Y no es que él haya sido nunca un ejemplo de innovación, más bien al contrario. Si somos realistas, Eminem lleva haciendo el mismo disco desde hace mucho (¿toda su carrera?), siempre apoyado en unas producciones a su servicio que saben explotar la personalidad y el personaje que el artista ha labrado desde el principio.

Curiosamente, el primer adelanto que escuchamos, ‘Berzerk’, producido por Rick Rubin y con dos temas sampleados de Beastie Boys, vuelve a las raíces del rap, aquel que se producía hace más de dos décadas. El problema es que aparte de ese caso aislado, el artista no predica con el ejemplo. El disco está lleno de temas con estribillos pegadizos que sirven de contrapunto a su peculiar manera de cantar. Consciente de que llega a saturar escucharle durante 5 minutos rapear con esa rabia de pega, que se ha convertido en marca de la casa, Eminem invita a numerosos vocalistas alejados de su estilo como Nate Ruess, cantante de Fun. en ‘Headlights’; Skylar Grey, autora del estribillo de ‘Love The Way You Lie’, en ‘Asshole’; y Rihanna en ‘Monster

’. También está Sia en un tema que se ha quedado en la edición especial.

¿Sia? ¿Rihanna? ¿Skylar Grey? ¿Nate Ruess? ¿Acaso no están claras las intenciones de Eminem con este nuevo disco? El rapero buscaba el tema perfecto. Una canción como ‘Love The Way You Lie’ con la que reventar las listas de éxitos y de paso potenciar las ventas de este nuevo trabajo. No es casualidad que el single con Rihanna haya salido a la venta justo antes de la publicación del disco. La canción no aporta nada, y suena a lo que es: un intento desesperado de repercutir en las ventas. Y lo ha conseguido.

Artísticamente, eso sí, este nuevo trabajo es consistente en su estilo. Desde que comienza hasta que acaba, en un interminable tracklist de 16 canciones, todo suena a Eminem. No hay espacio para la improvisación, para el riesgo. Todo está calculado al milímetro. El sample de ‘Time Of The Season’ de The Zombies en ‘Rhyme or Reason’, las voces femeninas apareciendo en los estribillos para relajar tensión y hacerlo todo mucho más ameno, más fácilmente digerible… Otras canciones, especialmente ‘Rap God’, donde lleva el personaje (y su técnica) al límite y en la que reflexiona sobre la fama, su lugar en la historia de la música y su estatus de icono, siempre a su manera y con sus formas, son exactamente lo que cabría esperar de él.

El propio Eminem se ha erigido en estos años en una especie de justiciero que se encarga de poner a todo el resto de artistas en su sitio mediante sus letras. ¿Pero en serio se puede mantener una gracia como esta durante tanto tiempo? ¿Se puede seguir haciendo el mismo chiste durante 15 años cambiando a Britney Spears y Christina Aguilera por Kim Kardashian o Gwen Stefani? ¿Puede seguir haciendo el mismo tipo de comentarios homófobos y/o misóginos y seguir triunfando? ¿Cómo podemos achacar a artistas relativamente nuevos como Drake o The Weeknd que sigan insistiendo en los mismos recursos temáticos en sus canciones y que Eminem lleve toda la vida refiriéndose a lo mismo y que la crítica se deshaga en elogios ante cada nueva gracieta del artista? En ‘Asshole’ y en ‘Evil Twin’ el rapero parece entonar un mea culpa y reconocer todos sus errores del pasado… pero terminan por ser una falsa alarma y enseguida vuelve a su odio habitual justificándolo.

A los que les gusta Eminem, este disco les parecerá otra obra magna en su carrera. A los que ya lo odiaban, lo odiarán incluso más porque ha vuelto a salirse con la suya. No ganará un fan, pero tampoco perderá ninguno. No hay término medio, o se le quiere o se le desprecia. Después de todo, esa es su única intención, el no dejar indiferente a nadie.

Calificación: 5/10
Lo mejor: ‘Berzek’, ‘Rap God’, ‘Headlights’
Te gustará si: te gusta… ¡¡Eminem!!
Escúchalo: Deezer

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Publicado por
ACM