’12 años de esclavitud’: con el Spielberg ‘seal of aproval’

Dijo Steve McQueen, durante su paso por Madrid esta semana, que el libro en el que se basó para rodar ’12 años de esclavitud’, la historia real de un hombre negro libre al que secuestran para ser esclavo en el sur de Estados Unidos, debe de ser para los americanos el equivalente al ‘Diario de Ana Frank’. Con eso, la verdad, lo dijo todo.

Y es que esta, como aquella, es una historia contada al detalle que nos abre los ojos por primera vez a una verdad que creíamos mil veces contada. Pero también es una historia que por momentos, quizás demasiados, cae en el onanismo sentimental sobrepasando su vocación casi documental para jugar, sin remordimientos y de la forma más descarada posible, con nuestra conciencia.

Claro que no es difícil sentirse culpable cuando asistimos al espectáculo de la deshumanización total del ser humano sin que nadie, absolutamente nadie, haga nada por evitarlo. La escena del ahorcamiento, con esa cámara fija en la distancia mostrándonos cómo la vida de todos, esclavos incluidos, vuelve a la rutina mientras alguien lucha por seguir respirando, es el mejor ejemplo de este reparto de culpas.

Secuencias así, directas y frías, son las que hacen respirar la película, que tiene en la entrega total de sus actores, todos, la mejor baza para romper nuestras creencias. Lástima que su verdad llegue a cuentagotas en un filme demasiado largo que emociona sin derrumbarnos por culpa de su manipulación disfrazada de empatía. Todo un ejercicio de spielbergrización inédito en McQueen hasta ahora.

Un director que, de ganar todos los premios del año como parece que puede pasar, lo hará con su peor película. Siempre se lo puede tomar como revancha. Aunque no sé muy bien en qué lugar nos deja que aceptemos con total naturalidad que unos latigazos rodados al detalle en plan Mel Gibson todavía escandalicen hoy menos que la visión de una polla. 7.

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Publicado por
Claudio M. de Prado