Danny Torrance deja su triciclo y se convierte en ‘Doctor sueño’

Entre los amantes del género de terror circula un chascarrillo que, aunque algo injusto, también tiene algo de cierto: Stephen King no volvió a escribir igual de bien desde que dejó el alcohol y las drogas (ni Clive Barker desde que salió del armario). ‘El misterio de Salem’s Lot’, ‘El resplandor’, ‘Cementerio de animales’, ‘It’, ‘Misery’… No hay más que observar su obra anterior y posterior a 1987, año en que “tocó fondo” y decidió rehabilitarse, para darse cuenta de que algo cambió en su literatura a partir de ese momento. Ya lo dice él mismo al final de su nueva novela: “El hombre que ha escrito ‘Doctor Sueño’ es muy distinto del bienintencionado alcohólico que escribió ‘El resplandor’”. Por eso, empezar a leer ‘Doctor Sueño’ (Plaza & Janés) con ‘El resplandor’ como referente, como vara de medir, es muy mala idea. No resiste la comparación.

Pero antes de empezar, dos avisos. Primero. ‘Doctor Sueño’ se ha promocionado como una secuela de ‘El resplandor’, una segunda parte. Y no es así. Sería más exacto calificarla como un spin-off protagonizado por el niño (Danny Torrance), una historia complementaria que se puede leer sin problemas de forma autónoma. Solo te perderás algunos guiños -aparece Dick Hallorann, algún fantasma del Overlook- que no afectan en nada al seguimiento de la trama.

Segundo. Como apuntamos en la reseña de la infravalorada ‘Joyland

’, se suponía que ‘Doctor Sueño’ iba a ser el regreso de Stephen King al “terror fuerte”. Pues bien, tampoco es así. Más que una novela de terror, podríamos catalogarla como un drama psicológico, de superación personal, mezclado con una aventura casi juvenil llena de elementos sobrenaturales. La lucha entre el Bien y el Mal, un combate psíquico entre los que viven con el “resplandor” y los que se alimentan de él.

‘Doctor Sueño’ está estructurada por medio de tres tramas paralelas que confluyen en una sola al final. El detallado día a día de un alcohólico (Danny Torrance adulto) y su lucha contra la adicción y los fantasmas del pasado. El nacimiento de una niña muy especial, Abra, portadora de un poderoso “resplandor”. Y la aparición de una secta de seres sobrenaturales, una especie de “vampiros del alma”, que viajan en lujosas autocaravanas buscando niños que posean el “resplandor”.

Quizá King haya perdido algo de su fuerza de antaño, su “resplandor”, pero sin embargo se ha convertido en un excelente narrador. No te agita ni te inquieta como antes, con esa prosa imperfecta pero subyugante, con esos finales horribles que acababas disculpando porque el camino había sido maravilloso. Pero hay algo que no ha cambiado: te entretiene como siempre. ‘Doctor Sueño’ se lee con mucho agrado. King demuestra su talento para atrapar la atención del lector dosificando sabiamente la información. Maneja con mucha soltura distintos niveles narrativos (el plano físico y el psíquico) e introduce con gran habilidad, sin que apenas chirríe, elementos sobrenaturales en un contexto cotidiano.

También hay referencias demasiado facilonas (los atentados del 11-S), soluciones dramáticas metidas con calzador (la “niebla asesina” de la abuela), una antagonista poco inquietante y carismática, y un final, como casi siempre, algo decepcionante. Defectos que no ensombrecen demasiado una novela que, si bien no está entre lo mejor de su autor, sí cumple con lo se espera de él: un vibrante relato fantástico, y una emotiva historia de culpa y redención. 7.

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Publicado por
Joric
Tags: stephen king