En unas declaraciones para The New York Times, Alyokhina ha expresado su opinión sobre la amnistía de Putin. En sus propias palabras, el perdón es «un intento de mejorar la imagen del gobierno actual antes de las Olimpiadas de Sochi, sobre todo de cara a los europeos occidentales». «Para nada considero esto humano o piadoso. Esto es una mentira. No pedimos ningún perdón. Me podría haber sentado aquí hasta el fin de mi sentencia porque no necesito la piedad de Putin». Maria ha añadido que «si hubiera podido, hubiera rechazado la amnistía». De este modo terminan las Pussy Riot su sentencia por «vandalismo generado por odio a la religión», si bien Maria ha expresado sus intenciones de seguir luchando por los derechos humanos. Según recoge El País, la activista dirigiría sus esfuerzos sobre todo hacia «los problemas de instituciones cerradas como los campos de prisión, las cárceles o los hospitales psiquiátricos», y espera que Nadezhda la apoye.