Había ganas de charlar con Kokoshca cara a cara tras la publicación de su gran tercer largo, ‘Hay una luz‘, que para JENESAISPOP ha sido uno de los discos nacionales del pasado año y que en general les ha elevado a un nuevo nivel en el pop rock estatal. Hace algunos días, horas antes de su concierto en la sala Apolo, tuvimos ocasión de charlar larga y reposadamente en un bar de Barcelona con Iñaki López y Amaia Tirapu, los dos miembros originales que continúan en el grupo tras la marcha de Javier Aznárez, acerca de este aun reciente álbum, de cómo convencieron a El Drogas para cantar en él, de su nueva formación como cuarteto y de qué pasa en Pamplona para que destaquen tantas nuevas y buenas bandas. Kokoshca actúan junto a Bananas, otros insignes del rock independiente de la capital navarra, el día 5 de enero en la sala Subsuelo de Pamplona.
La recepción de ‘Hay una luz’, por parte de la crítica al menos, está siendo muy buena. ¿Cómo se refleja esto en el público, esa mejora objetiva y esa mayor difusión?
Iñaki: Sí, hay una labor de promoción detrás, que la hace el sello Ayo Silver, que nos ha facilitado sonar en radios, por ejemplo. Somos más activos en ese sentido y, claro, se nota, pero tampoco tanto. Hemos dado un pequeño paso.
En una entrevista comentabas, Iñaki, que en este mundillo se tiende a sobrevalorar un poco la repercusión de las cosas. En referencia a la pregunta anterior, quizá ocurre un poco eso, ¿no?
I: Sí, a eso me refería. Internet no deja de ser una ventana muy difusa, que si te retroalimentas…
Amaia: De repente lees varios blogs que hablan de ti y se sobredimensiona, parece que es más grande de lo que es en realidad.
I: Al final, si prescindes de eso y te fijas en lo que se ha mirado toda la vida… ¿Cuánta gente va a tus conciertos? ¿50? ¿60? ¿20? En ese caso, lo que quería decir es que aunque parezca que nos va mejor, estamos igual que otros.
En la grabación de este disco habéis contado con más medios que en los anteriores. ¿Creéis que esto también ha podido propiciar un cambio de actitud en vosotros, una mayor confianza? ¿O es una cuestión de evolución personal?
A: Yo creo que son un poco ambas cosas. Hay una evolución porque hemos aprendido a componer y tocar mejor, y además nos hemos quitado complejos y nos hemos atrevido a hacer cosas nuevas. Si además cuentas con los medios adecuados, simplemente lo haces.
I: Yo pienso que nunca hemos tenido complejos, pero… Es muy guay grabarte tú mismo, creo que es más importante hacer que no hacer, aunque no tengas los medios necesarios. Pero claro, luego vas aun bar, y ponen ‘La fuerza’ y de repente eso pega un bajón de volumen tremendo. Eso te cansa, y para nosotros era un reto grabar bien, sonar bien, así que apostamos por Íñigo (NdE: Pérez Artieda, de Tremenda Trementina) y los Estudios Lúnula.
En el encarte interior del disco se lee «Las letras que nos hicieron famosos». ¿Significa eso que ya teníais claro que ‘Hay una luz’ supondría para vosotros un salto en todos los aspectos?
A: Claro, cuando haces música, haces conciertos, grabas discos, no es que quieras hacerte famoso, pero sí que tu música suene, no parar de tocar y hasta llegar a vivir de tus canciones. Y en este disco, que hemos puesto más de todo, pues sí, hemos ido a por todas…
I: De todas formas esa frase es una coña y ni siquiera es nuestra, se le ocurrió a Iñaki (NdE: López Allende), el diseñador.
Me parece significativa la estructura del disco, que empieza ascendiendo hasta una cúspide, luego hay un descenso y al final vuelve a remontar… ¿Está todo muy meditado u os disteis cuenta después de grabar?
A: Después de grabar, teníamos que plantear un orden para unas canciones muy diferentes y se nos ocurrió esa manera.
I: Es cierto lo que dice Amaia, pero también hay cierta premeditación, porque es algo que buscamos en los directos. Yo fantaseo, aunque no lo consiga, con manipular un poco al público, llevarle a subir, y luego a estar rayado… y me gustaba plasmar eso en el disco, con las diferentes facetas que tenemos.
Enlazando con lo que dices, hay temas muy diferentes en estilo, pero a la vez hay mucha unidad sonora, es más compacto. ¿Cuál creéis que es la clave?
I:Gran parte de la culpa es de Íñigo, porque aunque nosotros teníamos las ideas muy claras, él como técnico tiene una visión más global de disco, por encima de las canciones. Él marcó la línea de sonido de batería y guitarra, con su propio gusto, y son pequeños matices que aportan conjunción.
O sea que ese aumento de medios sí ha tenido influencia en lo artístico, también…
A: Sí, claro, Íñigo como músico ha influido mucho en este disco… Él nos ha entendido muy bien, y el que también sea músico ha sido fundamental.
I: Estábamos acostumbrados a tener todo el control, y teníamos claro que si confiábamos en alguien ajeno, queríamos alguien que nos hiciera crecer. La figura de un productor tiene que ser artística, claro…
No acreditáis quién escribe las canciones, pero ¿puede ser una pista quién la canta en cada caso?
I: Sí, es una pista, aunque no definitoria.
A: Normalmente cuando compones lo haces para tu tono de voz, pero también hay canciones que escribimos o rematamos juntos.
¿Qué ha pasado con Javi, vuestro batería? Ya no está en el grupo, ¿verdad?
I: No, ya no está. Se va a vivir a Londres. Pero bueno, no hay ningún mal rollo ni nada, de hecho la pasada semana estuvo cantando ‘La fuerza’ con nosotros en Madrid. Ahora la canto yo, pero él la cantaba originalmente y le sale mejor.
¿Entonces ahora sois un dúo?
I: No. De hecho somos un cuarteto. Aunque en las fotos promocionales salgamos los dos, nos comportamos como un grupo. Álex (NdE: López, responsable del sello Ayo Silver) es nuestro batería, además de promocionero, coach, etc. (Risas)
A: Y Íñigo Andión (NdE: de Wilhelm And The Dancing Animals) toca el bajo.
En cuanto a las letras, hay temáticas tan diferentes como los propios estilos de las canciones. ¿No os ponéis limitaciones en ese aspecto? ¿Habéis descartado alguna canción porque temáticamente no encajaran con vosotros?
Ambos: Nunca.
A: Hemos descartado temas porque nos hayan parecido peores que otros, pero no por lo que cuenten…
I: Tampoco es que hagamos nada subversivo…
A: Hombre, a veces sí te da un poco de vergüenza cuando te expones mucho…
Sigamos con las letras. Habéis confirmado que ‘Prefiero golpes’ habla sobre otros grupos y, aunque no me lo vayáis a decir, os pregunto: ¿qué grupos? ¿Grupos de vuestro estatus?
A: No es sobre ningún grupo concreto.
I: El estatus es lo de menos, es más por la actitud…
A: Es sobre grupos que, según nuestro criterio, logran llegar más lejos o tienen mejores oportunidades y que a nosotros no nos parece que lo merezcan…
I: Bueno, pues bandas que simplemente cuentan con más promoción… Es un pique, un quejido gratuito…
A: Es una tontería, la verdad…
(Risas)
Cuando escuchamos por primera vez ‘Directo a tu corazón‘ fue una impresión fuerte, no esperábamos algo tan pop. ¿Sentís que sea ha convertido en vuestro mayor himno, más que ‘La fuerza’?
I: Hombre, a mi ahora me gusta tocarla más que ‘La fuerza‘, pero eso es un poco difícil de decir…
¿Y a vosotros os gusta más?
A: A mi sí.
I: ¿Sí?
A: Sí, supongo que es porque ‘La fuerza’ ya la hemos tocado mucho…
I: Ya la habíamos tocado en directo, y a la gente le entusiasmaba, pero porque hacíamos punteos en plan vacile y le dábamos un toque un poco Barricada, yo gritaba más al cantar… Supongo que en el disco, con la voz más suave, suena más pop. No sé si te hemos respondido…
A: Hombre, yo creo que está bien tener más de un tema que conecte, no queremos ser one-hit wonders… (Risas)
Para mi ‘Jon y yo’ tiene una clara inspiración Lou Reed, pero igual estoy equivocado… Más en la temática, en la descripción de personajes, que en lo musical…
I: No es tan simple como que «copiamos», pero en ese sentido sí puede tener un punto, pero Nick Cave también tiene una canción sobre un bar (NdE: ‘O´Malley’s Bar’), Nacho Vegas tiene ‘La sed mortal’…
Sí, casi es una canción de género… (Risas) A: No solíamos hacer canciones como un relato, contando una historia, y en ese sentido fue un reto.
I: Es una canción sencilla, y por eso nos costó mucho desarrollarla, porque como es tan larga…
A: Íñigo quería meter incluso un coro de gospel, que al final no salió.
I: Yo incluso compuse esa parte y se lo llegamos a enviar a un coro, que cuando lo vieron flipaban, no entendían nada. (Risas) Es algo imperfecto, porque teníamos muchas ideas en la cabeza y eran muy difíciles de plasmar…
Álex: Antes de grabar a mi me mencionaste a Gainsbourg…
I: Sí, sí, es verdad… (Silencio) ¡Qué chivato! (Risas) Sí, bueno, ese bajo, el rollo progresivo sesentero, rock pero con un punto sinfónico, la voz de narrador canalla. Nos dió así.
En cuanto a ‘El búho’, Iñaki canta «yo no soy underground». ¿Es una declaración de intenciones? A: Desde el principio se nos ha etiquetado como lo-fi, como si quisiéramos estar ahí.
I: Igual hemos sido, o somos, pero no militamos. Nunca hemos militado de nada, no le veo sentido a hacer bandera de nada… Dicho esto, ‘El búho’ es un ejercicio de chulería premeditada, «madrileña», por decirlo así, con un punto de broma.
¿Cómo convencisteis a El Drogas para que cantara ‘Las flores del fin del mundo‘? Supongo que le conocíais de los bares, o algo así… A: No, para nada, es una historia muy curiosa. Yo tenía una tienda en Pamplona de ropa de segunda mano, y customizaba ropa. Hubo una época en que customizaba zapatos con purpurina, y resulta que El Drogas lo vio en Facebook y un día apareció por la tienda y me trajo unos zapatos para un concierto. Y le propuse que, en lugar de pagarme, cantara a cambio una canción de mi grupo. Y bueno, él encantado, llegó a la grabación puntual, con la canción perfectamente aprendida…
Bueno, además revela una faceta inédita suya, en plan crooner… A: Sí, él lo agradeció, porque era un reto fuera de lo típico que le piden, cantar con grupos de rock urbano…
I: Además es una canción premeditadamente muy pastelosa. Si te fijas son los acordes del ‘Cannon’ de Pachelbel, que para mi es una canción horrible, y metemos ahí a El Drogas, sacándole totalmente de contexto. Quizá lo fácil hubiera sido meterle en ‘El búho’, pero nos parecía más interesante lo de la balada chico/chica, algo más dulce…
¿Y esas cuerdas que suenan en el puente son un guiño al ‘Rock ‘N Roll Suicide’ de Bowie? I: Pues sí, sí, aunque yo al principio no me di cuenta hasta que me lo dijo Jesús, el violinista.
Quería preguntaros por vuestra etapa Birra y Perdiz. Fue una aventura muy chula (NdE: el extinto sello editaba un centenar de copias en CD-R que se podían conseguir en muy pocos puntos de venta), pero lo cierto es que en su día daba un poco de rabia que costara tanto acceder a esa música. Quizá, hasta cierto punto, os pudo haber limitado. ¿Tenéis algún «pero» de esa etapa? A: Bueno, a día de hoy, quien quiera puede escucharlas en Bandcamp y se pueden descargar. Yo lo recuerdo con muchísimo cariño. Nosotros llegamos a tocar por primera vez a Madrid, y ellos vinieron a vernos y después del concierto nos ofrecieron grabar un disco, directamente. Ellos estuvieron ahí y nos dieron esa oportunidad. Aunque nos dejaron claro que si venía Sony a por nosotros, podíamos irnos. (Risas)
I: Nunca nos engañaron, nos propusieron esas condiciones y nos pareció bien. El hecho de que esos discos sean una rareza, también genera un valor.
A: Al final vas dando pequeños pasos. Tampoco es que hayamos podido decidir, porque nunca fuimos muy activos y tampoco hemos tenido demasiadas ofertas…
Al final quizá no tanta gente supiera quiénes son Kokoshca o Espanto si no hubiera sido por ellos, claro… I: Sí, es así. Ellos son los descubridores, aunque no les preocupe lo que venga después. Nos ayudaron mucho.
Os habéis planteado recuperar algunas de esas canciones, ¿regrabarlas? A: ¿Pero te refieres en plan ‘Greatest Hits’? (Risas) Es que aquellas canciones ni las tocamos ya…
I: Podíamos plantearnos hacer un DVD en directo… (Risas) Curiosamente, nuestro disco ‘
Gernika‘ es un directo acústico y ese rollo, bien grabado, sí que me motiva bastante.
Soy capaz de pensar, sin mucho esfuerzo, en seis bandas de rock relevantes surgidas de Pamplona, cosa que no me pasa con otras capitales de provincia. ¿Qué pasa en Pamplona? I: ¿Tú crees que pasa algo? Igual desde fuera se ve más trascendente, pero…
Hombre, algo habrá si no puedo decir lo mismo de León, Toledo, Vitoria, por ejemplo… A: Yo como ciudadana de Pamplona pienso que puede ser porque es bastante aburrida y esa es una de las pocas formas de pasarlo bien…
I: A favor de Pamplona, también hay que decir que hay una tradición rockera muy latente en determinados grupos de gente, en torno a algunos bares, y que ha ido pasando de generación en generación…
A: Pero en todas las ciudades ocurrirá eso, habrá el típico bar que programa conciertos y en el que habrá varios grupos que toquen. Otra cosa es que lleguen a salir del ámbito local…
I: Pero el determinismo es importante. Igual no haríamos ‘El búho’ si fuésemos de Cádiz. Pamplona siempre ha sido una ciudad rockera.
A: O a lo mejor es simplemente casual, igual que en su día existió el Xixón Sound o el Donosti Sound…
Pero siempre ha habido alguna figura icónica en la ciudad, como en su día Josetxo Ezponda… I: Sí, pero es un poco el rollo de provincias. En las ciudades grandes es más jodido destacar. No es importante de donde seas, pero en las provincias no tenemos mucho más que hacer, estamos metidos ahí en nuestro rollo…
A: Eso también te influye en que estás más ajeno a las modas, porque no estás tan expuesto como en Madrid, por ejemplo, a ese dinamismo de que hay conciertos todas las semanas, ves más grupos nuevos. En Pamplona vemos uno o ningún concierto al mes.
I: Lo cierto es que hablando con Álex, que es de Donosti, nos damos cuenta de algo. Aun estando relativamente cerca, son dos ciudades opuestas. Donosti tiene un tejido cultural, hay salas de conciertos, hay público interesado, hay facilidad para tocar y exponer su música. Pero no hay apenas grupos. Y en Pamplona ocurre todo lo contrario: no hay salas dignas, la normativa municipal es persecutoria… Pero hay muchísimos grupos.
Á: Yo creo que, como decía Iñaki antes, hay una tradición. Hay una especie de hilo argumental muy claro desde Los Bichos de Josetxo, que pasó a Los Muebles, Bananas y ahora Kokoshca. Mantienen un estilo muy poco apegado a la moda de la época.
A: Curiosamente, nosotros no conocíamos estos grupos antes de que hiciéramos Kokoshca, ha sido después cuando los hemos escuchado y es verdad que vemos puntos en común.
I: Igual es cierto que, como dice Álex, hay una línea más lenta, menos dinámica, pero más consistente.
¿Hay ya planes de futuro? I: ¿Aparte del DVD en directo? (Risas) No, pues tocar y tocar… Verlas venir, dadas las circunstancias, pero con una actitud activa. Hay que hacer un esfuerzo por tocar, los grupos españoles no tocamos. Parece que no se puede, que es muy difícil embarcarse sin sufrir y sin perder dinero. Pero hay gente como Pablo, de Discos Humeantes, que prganiza giras amplias, muy meditadas, muy bien pensadas y sin perder dinero. Nosotros estamos buscando con Álex esa línea y vamos a intentar hacerlo.
Á: Cápsula y Guadalupe Plata son dos ejemplos a seguir, ellos han tocado en absolutamente todas partes donde les han llamado, sin importar lo duro que eso sea. Y cinco años después, ambos grupos están recogiendo esos frutos.