Dice su sello que Sharon vuelve después de una «operación exitosa, un tratamiento y el continuo apoyo de amigos, familia y fans». No ha habido cambios ni en el tracklist, ni en la portada, probablemente porque no lo necesitaban, si bien será difícil disociar este álbum de la enfermedad de Jones por varios motivos. El primero es el nombre del disco, entre toda su discografía, el que mejor se ajusta a la sed de sus fans. El segundo es ese vídeo que se ha atrevido a afrontar sin pelo ni pelucas ni gorros para uno de los singles del álbum, ‘Stranger to my Happiness‘. Y el tercero, en consecuencia, el doble sentido que adquieren un par de las canciones nuevas. Por mucho que se adelantara ‘Retreat!’ antes del anuncio de la enfermedad de Sharon, es difícil no imaginar que se refiera a ella cuando invita a una visita no deseada a una «retirada», con frases como «Play with me and you’ll play with fire» o «Count to three and then you better run».
Las circunstancias no son las óptimas, pero no hay benevolencia en el juicio. ¿Alguien se imagina grabando arreglos mediocres a los músicos de Dap Kings o produciendo mal un disco a Gabriel Roth (aka Bosco Mann), todos ellos presentes en ‘Back to Black‘? Su equipo es capaz de hacer verdaderas virguerías, llevando los vientos a sonar sensuales, a crear una fiesta de donde no hay mucho que celebrar (‘People Don’t Get What They Deserve’, sobre la injusticia y la desigualdad), a guiar una enorme balada (‘Slow Down, Love’) o incluso a dar miedo (‘Now I See’).
Sharon Jones puede transmitir cualquier cosa y es difícil preferirla en ningún registro en particular. Las canciones en las que se podría haber derramado algo más de almíbar, como la genial ‘Making Up and Breaking Up (And Making Up and Breaking Up Over Again)’, parecen haber estado siempre ahí, gracias al antagonismo entre la desgarrada voz de Sharon y unos dulces coros que repiten su título en el estribillo construyendo un nuevo clásico del género en nuestro siglo. Un estupendo tema que llega en el momento apropiado, justo a la mitad -como inicio de la cara B en el vinilo-, dotando al escueto disco de bastante cuerpo. Todo ello, como siempre, envuelto con bastante mimo, lo que incluye hasta portadas para los singles inspiradas en los 60. Son digitales, sí, pero bueno, nadie es perfecto.
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Retreat!’, ‘Making Up and Breaking Up (And Making Up and Breaking Up Over Again)’, ‘People Don’t Get What They Deserve’
Te gustará si te gustan: Aretha Franklin, Marvin Gaye, Ike & Tina Turner, los discos anteriores
Escúchalo: NPR