La versión que circula por la prensa de todo el mundo, desde Infobae hasta ABC, es que se le estropeó el pendrive. Y que cuando consiguió otro pendrive (nadie sabe dónde ni cómo) a los «20 minutos» (no lo debía de tener ni muy lejos tipo en casa, ni muy cerca tipo al lado por si pasaba algo), pudo retomar el set.
La respuesta del artista a este nuevo absurdo y sinsentido no es la explicación definitiva sobre cómo prepara sus sesiones, si lleva todo pregrabado, cuánta música lleva en el pendrive, cuánto improvisa o una excusa sobre el equipo de sonido, sino un saludo en Facebook en el que se lee lo siguiente: «¡¡Brasil!! Muchísimas gracias por este tour increíble. 9 sold outs con 150.000 personas. Cuánto amor…». Y la verdad es que al menos durante el primer minuto, no es que le abuchearan tanto como dicen por ahí.