La referencia al océano, de hecho, es interesante. Si hay una novedad en ‘Trouble‘ que pesa sobre todas las demás es su renovada sensación del espacio. Allí donde ‘Hospitality’ era todo nervio e inmediatez, ‘Trouble’ fluye con calma y paciencia, dejando incluso que algunas de sus pistas continúen su curso sin interrumpirlas, como es de hecho el caso de la mejor canción del disco, ‘Last Words’, que dura seis minutos, los últimos de los cuales constituyen sencillamente una exploración improvisada de las texturas instrumentales que el grupo tiene a su disposición. El resultado es bello y memorable y hasta un poco funky. Lo mismo se puede decir de ‘I Miss Your Bones’.
La nota de prensa facilitada por Merge describe ‘Trouble’ como un disco que «se pregunta sobre los misterios que acechan por debajo de nuestro campo de visión» y dice que, para la banda, su composición fue «un proceso de aprender a aceptar el silencio, de dejar que exista ese espacio vacío sin importar lo que despierte o evoque». Justo ese vacío post-universitario, el de la madurez que amenaza con convertir nuestra vida en un laberinto, Hospitality lo utiliza para aportar a sus canciones una enriquecida y enriquecedora musicalidad, vigorizada por bajos más musculosos, guitarras más afiladas y teclados como rescatados de un castillo de la edad media.
Algunas de estas canciones lo tienen todo a la vez. ‘Nightingale’ empieza con la sencillez de un clásico del punk, pero pronto establece la idea tras el nuevo discurso de Hospitality con sus prominentes bajos y guitarras y, sobre todo, gracias a la inquietantemente bella ambientación creada por los teclados hacia la mitad. El grupo somete a sus canciones a más de un punto de inflexión, donde las transforman para saciar su apetito musical en pistas como ‘Sullivan’, donde sus elementos van entrando tímidamente; ‘Inauguration’, con su sorprendente por inesperado momento de distorsión eléctrica; ‘Rockets and Jets’, que pasa de teclados ochenteros a un elegante y delicioso solo de guitarra sin acompañamiento rítmico a finalmente lo mismo del principio, o la ya mencionada ‘Last Words’.
Por supuesto todos estos momentos destacan por algo en concreto, pero siempre hay algo sutil en las canciones de ‘Trouble’ que invita a repetidas escuchas. No es que vaya a ser el disco definitivo de Hospitality; sin duda carecen de composiciones perfectas, pues ni siquiera cuando simplifican en temas como ‘Going Out’, melancólica, de bajos suaves y base electrónica; ‘It’s Not Serious’, que es puro rock universitario noventero; o sobre todo las dos pistas que cierran el álbum, desnudadas práctica (‘Sunship’) o totalmente (‘Call Me After’) a una voz y guitarra acústica, el grupo es capaz de presentar melodías vocales más definitivas. Pero si la idea ante todo era evocar un estado de incertidumbre en la evolución hacia la madurez a través de un uso sofisticado de los instrumentos tradicionales del rock, ‘Trouble’ es un océano en el que vale la pena bucear.
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘I Miss Your Bones’, ‘Inauguration’, ‘Rockets and Jets’, ‘Last Words’
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Escúchalo: NPR