El madrileño ha guiado las nuevas composiciones de Joe La Reina hacia un nuevo terreno, en el que usan arreglos atípicos que incluyen un mayor peso de los sintetizadores, el uso de ambientes y una mayor riqueza en arreglos y estructuras de las canciones -aparentemente inspirados en el rock de los 70 (‘Somos otros‘)- y un gran protagonismo para unas variadas percusiones, abiertas tanto a ritmos latinos y hasta africanos (‘Huracán 2000’) como al uso de cajas de ritmo (‘Caravana de fuego’). Seguramente por establecerse sobre unos cimientos semejantes, el fantasma de la comparación con la banda de Robin Pecknold sigue estando presente en determinados pasajes del disco (las guitarras de ‘Tiemblan‘, el puente instrumental de ‘Rusia’) pero temas como ‘Oh, la mía pena’, ‘Rusia’, ‘En una casa junto al mar’, ‘Somos otros’ y el corte titular se adentran por caminos realmente apasionantes y singulares.
Hay dos características más que tienen un papel crucial en este giro. La primera está en la voz de Lucas Malcorra, entregada, para bien y para mal, a un registro menos encorsetado y discreto, situándose en un osado primer plano que revela nuevos y singulares matices (por momentos, se asemeja a una versión masculina de su colega Miren Iza, de Tulsa), incrementando radicalmente el carisma del grupo, sin miedo a caer en la impericia y con tendencia al tono forzado (a cambio de expresar más pasión, eso sí), exponiéndose a no gustar a todo el mundo (‘Pedestal’ es, quizá, la mejor expresión de esto). La segunda característica es el abandono de la lengua inglesa para sus letras, escribiendo todas en castellano. Ganan así calado en el oyente, buscando una mayor implicación de su público con unos textos que, pese a tomar un contexto universal y atemporal, albergan tintes de su visión sobre la realidad social actual. Sin embargo, hay veces que resultan tan herméticos que casi parecen un mero recurso estético, sin un contenido de verdadera entidad.
En una entrevista reciente, Joe La Reina se muestran modestos y prudentes con sus logros, relativizando todo lo bueno que se ha dicho de ellos y señalando que en sus inicios se les elogiaba sin haber aportado nada realmente importante. Ahora, con sus «peros», ‘Bailamos por miedo’ sí es un disco especial, que convence a los que observábamos su EP de debut con cierto escepticismo. Este primer largo muestra a una banda realmente corajuda, que busca una vía propia que les retrate con mayor fidelidad y que no duda en tomar riesgos para ello. Su valentía augura un futuro muy interesante al que queremos asistir.
Calificación: 7,4/10
Lo mejor: ‘Oh, la mía pena’,’En una casa junto al mar’, ‘Pedestal’, ‘Tiemblan’
Te gustará si te gustan: Tulsa, McEnroe, Fleet Foxes
Escúchalo: Deezer