Y es que estos cinco cortes condensan su esencia y, a la vez, muestran su voluntad de no establecerse en un patrón único. En este caso, partiendo de lo que ya propusieron en temas como ‘Petition’ o ‘My Better Self‘ y apoyados en la inconmensurable mano de Richard Swift (que, a este paso, pasará a la historia por sus trabajos de producción más que por su propia obra), Moore, Riley y el baterista James Barone muestran un sonido más cristalino y pulcro, en unas canciones preciosas e intrincadas, en las que el funk y el soul ganan un peso enorme y les aproximan a una tesitura que remite a aquellos primeros Saint Etienne que ocasionalmente abandonaban la pista de baile.
Desde la inicial ‘Mean Streets‘, un tema soberbio dedicado a Laura Nyro y su carrera truncada por las presiones de la industria; pasando por los ecos Brill Building de ‘Timothy’, un hombre de corazón infranqueable; el baile irrefrenable de ‘Cured Of Youth’, en la que no costaría imaginar la voz de un joven Michael Jackson; una ‘Dimming Light’ con cierto regusto a los Everything But The Girl de ‘Eden’ y, como colofón, el funk preciosista de ‘100 Lovers’; los cinco temas contenidos en ‘Small Sound’ son gemas repletas de preciosos detalles sonoros en los que perderse, haciendo que su título parezca una ironía. Lo peor del disco es que se acaba en un suspiro aunque, bien mirado, Tennis logran así concentrar lo mejor de sí mismos.
Calificación: 7,8/10
Lo mejor: ‘Mean Streets’, ‘Cure Of Youth’, ‘100 Lovers’
Te gustará si te gustan: los Saint Etienne de ‘Spring’ y ‘You’re In A Bad Way’, los EBTG de ‘When All’s Well’ y ‘Bittersweet’.
Escúchalo: Deezer