‘Daughter In The Choir‘ fue su primer EP, publicado en 2012, y en él sí podría hablarse de ciertas similitudes con la autora de ‘Royals’ (sin olvidar, claro, que Meg llegó antes) o Alex Winston en temas del potencial de ‘Curbstomps’ (su canción más celebrada merced a su aparición en un capítulo de ‘CSI: NY’), ‘After You’ o ‘Monster’, donde retrata una relación en la que ella no recibe a cambio todo lo que da con frases como «¿en qué me he convertido? Soy un puto monstruo, cuando solo quería algo bonito» y «Oh, cómo duele, haces que me quiera morir. Voy a matarte, amor mío» (eso es el estribillo, de hecho). Desde luego, cabe apuntar que su manera de enfocar las relaciones es tan poco sana como clara.
El mini-álbum ‘Make A Shadow’, su recientemente estrenado segundo disco, profundiza en esa vena de inestabilidad emocional (lo que viene siendo estar cucú, vamos), a la vez que demuestra que estamos ante una creadora de un potencial enorme. En ‘Heart Heart Head‘, primer avance del disco, brilla como una especie de reedición de la mejor Tori Amos, en una canción densa, de una tensión sostenida con instrumentos delicados como arpas o violines hasta que, hacia el final, explota (diríamos que literalmente) con las percusiones y una Meg gritando con desesperación. Y, de nuevo, canta inquietantes líneas sobre amor disfuncional («¿cómo puedo fingir con otro hombre? ¿cómo le amaré los fines de semana? Estás en mi corazón y en mi cabeza»). En una línea similar está ‘Desire
‘, una canción sobre follar inspirada en Nine Inch Nails y con un genuino solo de guitarra cortesía de Steve Stevens (Billy Idol), que tiene unos textos tan directos y sórdidos («voy a romperte, voy a arrojarte a los perros») que fueron suficientes para que su último novio la mandara a paseo. Quizá llegó a sospechar que esos jadeos y burradas que dice su ex no estaban dirigidos a él, pobre…Aunque esos son los dos momentos álgidos del disco, sus otras tres canciones mantienen el tono sin esfuerzo. Tanto ‘Go’, con la chispa de los primeros Garbage, como ‘Make A Shadow’, una preciosa pieza que habla de la niñez y cuyos altibajos se sitúan entre Nirvana y Fiona Apple, muestran una faceta más abiertamente rockera que nos traslada en segundos a la angustia grunge de los 90, sin que resulte caduco u oportunista. ‘The Morning After’, en el cierre, nos muestra a una Myers sorprendentemente acústica y reposada, también triste (al parecer habla sobre un episodio vital del que ella rehúye dar detalles), que tendría cabida en el cancionero del añorado Elliott Smith. Quizá Myers no logre ningún tipo de repercusión y hasta puede que su carrera no dure, quién sabe. Pero el hecho de que Pixies la hayan elegido expresamente para abrir parte de su gira norteamericana no ofrece dudas: Meg Myers lo tiene y otro pop es posible.
Calificación: 7,6/10
Lo mejor: ‘Desire’, ‘Heart Heart Head’, ‘Make A Shadow’
Te gustará si te gusta: Tori Amos, Lorde, Garbage.
Escúchalo: en su web.