Pero dejando de lado lo manido que pueda estar el discurso de Trust, lo cierto es que ‘TRST’ no es para nada un disco que incite al bostezo. El sonido del disco, definido a grandes rasgos por ritmos potentes y a veces hasta agresivos, idóneos para clubs y antros de estética gótica, teclados rescatados del baúl de canciones olvidadas del synth-pop de los ochenta, sintetizadores gélidos y atmósferas a través de las cuales a duras penas identificas una silueta (en este caso, las letras de Trust, ahogadas en las ambientaciones, constituyen idas de olla generalmente ininteligibles), se traduce con bastante gracia en canciones tan atractivas como la perturbadora ‘Shoom’, la lánguida ‘Candy Walls’ o la inquietante pero eufórica ‘Gloryhole’, que suena como intoxicada, un poco al estilo del individuo travestido de la cubierta (que, por cierto, no es Tom Hanks ¿verdad?)
Dos cortes en concreto destacan, desde el principio, como los grandes hit del álbum: la medio industrial ‘Bulbform‘ y sobre todo ‘Sulk‘, con toda seguridad la mejor canción que ha escrito Alfons hasta la fecha. Y aunque ‘TRST’ peca de excesivamente homogéneo, no deja de ser fácil identificar en ciertos cortes resquicios de funk (‘F.T.F’), synth-pop comercial de los 80 (‘Chrissy E.’) o por supuesto electroclash (‘This Ready Flesh’), ya por definición frío, pero quizás no tanto como ‘Dressed for Space’ o la algo olvidable ‘The Last Dregs’. Pequeñas influencias que enriquecen el conjunto. Un buen disco pues, algo perjudicado por el revuelo a su alrededor, pero disfrutable al fin y al cabo, especialmente en la pista.
Calificación: 6,5/10
Lo mejor: ‘Bulbform’, ‘Candy Walls’, ‘Gloryhole’, ‘Sulk’
Te gustará si te gusta: Kraftwerk, Salem, Zola Jesus, Crystal Castles
Escúchalo: Deezer