Kylie Minogue / Kiss Me Once

A veces de las zonas más oscuras surgen las ideas más interesantes. Claro, que tratándose de Kylie la oscuridad nunca es tan negra y densa como en otras. Por eso sólo ella es capaz de quedarse sin novio y, en lugar de regocijarse en su miseria cantando a la venganza, volver con ese optimista himno a la autoayuda (puyitas a Velencoso en el vídeo incluidas) que es ‘Into The Blue’; o mejor, ponerse a llorar porque tiene dos días para componer algo con Pharrell Williams y no le sale nada decente y, a punto de cancelarlo todo y tirar la toalla, utilizar esa frustración para parir ‘I Was Gonna Cancel’, la campanada literal y metafórica de este ‘Kiss Me Once’ que la australiana acaba de presentar.

No puedo negar que tenía miedo por saber qué pasaría con su carrera después de que anunciara hace unos meses que decía adiós a su agencia de management de toda la vida para firmar con el RocNation de Jay Z. ¿Significaba esto que abandonaba las glorias del europop para intentar conquistar América? ¿A estas alturas era necesaria esta jugarreta y arriesgarse a perder los fans de toda la vida para intentar contentar a los de la otra orilla? La respuesta, escuchado el resultado, es sí. Porque si en su anterior disco, ‘Aphrodite’, aplaudía que pasara de modas para hacer lo que mejor sabía, que es ponernos a bailar a toda costa; ahora que todas bailan a la europea prefiero que se salga por la tangente poniéndose autorreferencial y reivindicando los sonidos de dos discos suyos que en su día llegaron antes de tiempo: ‘Body Language’, demasiado negro para los gustos de 2003; y ‘X’, demasiado Calvin Harris para 2007.

El problema es que precisamente por esto, por problemas de timing, este duodécimo disco de estudio se quede algo más plano de lo esperado para algo publicado en 2014. O mejor dicho, menos inmediato de lo que alguien como ella puede permitirse, ya que dentro de unos meses, pasado ya su momento, hay varias canciones que sobrevivirán a la purga mensual que por cansancio hacemos todos en nuestras playlist sincronizadas. Más de las que imaginas.

Que sí, que es verdad que ahí están melodías que se quedan en tu cabeza tras solo una escucha como ‘Million Miles’ (con su fantástica intro de guitarras noventeras) o la picante ‘Sexy Love’. También baladas resultonas como ‘Kiss Me Once’ o coqueteos elegantes con el dubstep como ‘Sexercise’ (ambas por obra y gracia de Sia). Incluso incluye un amable cierre housero llamado ‘Fine’ que, por si fuera poco, encima consigue que olvides que antes de que empezara sonaba una cosa llamada ‘Beautiful’ cantada a dúo con un vocoder llamado Enrique y apellidado Iglesias.

Pero son sin duda ‘Les sex’, por ser el tema más puramente Kylie del disco; ‘Feels So Good’, producida por MNEK y que no suena igual que el ‘Indiana’ de Tom Aspaul aunque sí lo sea; y la extraña ‘If Only’ de Ariel Rechstad (junto a las ya mencionadas ‘Into The Blue’ y ‘I Was Gonna Cancel’), las ganadoras con diferencia. Canciones que se defienden sin que Minogue tenga que disfrazarse de nada o desnudarse entera. Canciones que, haciendo honor a la temática general del disco, se disfrutan como cuando se folla: se puede hacer con amor o sin amor, borracho o sin una gota de alcohol en las venas, con ganas de abrazar al terminar o con ganas de que la otra persona salga corriendo por la puerta. El resultado es distinto según estés ese día, pero en el momento, justo en el momento, qué bien sienta.

Calificación: 7,2/10

Lo mejor: ‘Feels So Good’, ‘Les Sex’, ‘I Was Gonna Cancel’, ‘If Only’

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Escúchalo: Vía The Guardian

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Publicado por
Claudio M. de Prado