Recomendamos cinco cómics editados recientemente.
En un entorno humorístico y con un halo romántico en el horizonte, Joann Sfar nos revela las particularidades de un vampiro poco común. No solo por el personaje, por la época que le toca vivir o por el resto de acompañantes de esta historia: más bien por cada uno de los diálogos que discurren, sin tejer tramas complejas, a través de las cuatro historias que lo forman. Sus protagonistas, en algunos casos humanos y en otros espectros, no sabremos situarlos si en el mundo de los vivos o de los muertos. Como su amada Lio, más vegetal que ser humano.
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: Los dibujos y la diversidad de personajes encantadores, que juntos crean un universo fascinante. Los extras de una edición de lujo que Fulgencio Pimentel ha cuidado al detalle.
Lo peor: Las semejanzas y paralelismos que se establecen con el comportamiento humano. Alguna escenografía puede recordar -incluido el personaje de Fernand- demasiado al cine expresionista alemán.
Incluye un prólogo de Jean-Loup Chiflet, que además hace el trabajo de selección, disipando cualquier duda que pueda asaltarnos sobre chistes malos de oficina y poniendo en evidencia que estamos en un mundo en el que predomina lo masculino en la dirección de las empresas y lo femenino en cuanto a labores de organización o de escasa responsabilidad. La próxima selección bien podría centrarse sólo en secretarias.
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: Los capítulos dedicados a “Los Jefes”, a estar “Reunidos” o “¡Está despedido!”, sin pasar por alto uno final titulado “La vuelta del héroe”, que trata de las conversaciones al volver a casa después de la jornada laboral.
Lo peor: En comparación con su predecesor ‘El dinero en…’ no resulta tan compacto y contundente. Habría estado bien que apareciera información adicional de las viñetas, como el año de publicación, junto a los nombres de los dibujantes del final.
Autora de cómics e ilustradora en Tel Aviv, Rutu Modan ha publicado algunas historias en las que su país siempre forma parte del escenario, como sucedía en ‘Metralla’, su anterior novela gráfica, donde el conflicto entre israelíes y palestinos desvelaba los problemas de una sociedad que convive con atentados con relativa frecuencia. En ‘La propiedad’ también se revelan parte de esos conflictos de convivencia entre sociedades distintas, aunque para la ocasión nos traslademos décadas atrás.
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: Conocer de primera mano costumbres judías desconocidas, además de una parte de su historia reciente. El viaje para sacarnos, junto a los protagonistas, de nuestro entorno normal y zambullirnos en otro muy distinto.
Lo peor: Una ilustración clara, colorista y de líneas nítidas demasiado fotográfica, pero también apropiada como anzuelo de un escaparate con meollo en la trastienda.
Estamos ante un relato aparentemente naíf en cuanto a dibujos en blanco y negro, con un aire inocente tras los trazos de un simple lapicero, pero que esconde un fondo tan oscuro como el carboncillo en esas viñetas plagadas de silencios. Ese contraste, y el equilibrio entre realidad y ficción, es su mayor baza para reflejar un entorno familiar cargado de emociones entre una madre atormentada y sus dos hijas -con una importante diferencia de edad entre ambas-, a las que quiere proteger de las mismas vicisitudes por las que ella ha pasado. Mientras una comienza a tener relaciones con chicos algo mayores, la más pequeña mantiene oculto en su habitación a un alienígena del que espera obtener respuestas.
Calificación: 7/10
Lo mejor: Para todos los públicos, sin razonamientos enrevesados y un argumento realista a pesar de su punto de ficción.
Lo peor: Se le puede echar en cara algo más de fuerza. Su debilidad se ve acentuada por una edición un tanto pequeña en cuanto a formato, casi de bolsillo, pero que al menos sirve para que tenga un precio asequible.
En este último volumen encontramos las obsesiones a las que nos tiene acostumbrados Jim Woodring, con la novedad de remover en nuestra conciencia un asunto que aún no había tocado antes: el amor. Frank encuentra a una compañera físicamente de su misma especie, un personaje entre gato, ratón y conejo que también camina a dos patas. Ambos aparecen sobre un fondo en el que todo es cambiante a cámara lenta, sin resultar parecido a un mundo palpable. Es la velocidad de la cámara la que hace visibles las expectativas que tenemos de la felicidad, como una fantasía instalada en nuestra cabeza, creando un espacio en el que todo queda en el aire entre los personajes y el lector. Un universo creado sobre una animación que aparenta estar inspirada en grabados de hace siglos, todo ello sin articular ni una sola palabra en sus páginas.
Calificación: 8,5/10
Lo mejor: No hay parecido alguno a otros trabajos. El esfuerzo de Fulgencio Pimentel por una edición, como en las entregas anteriores, cuidada al máximo y editando casi a la vez que en Estados Unidos. No olvidemos que el primer volumen llegó con casi 20 años de diferencia.
Lo peor: No es para todos los públicos… pero con un poco de esfuerzo hay recompensa.