«Empezar un tema de manera tan Rihanna es un atrevimiento que, no obstante, podría haber catapultado a la australiana Sia con ‘Chandelier’ a la inmediatez habitual que alcanza la de Barbados, para la que escribió ‘Diamonds’. Un arranque acertado que lamentablemente se tuerce, unas veces al destapar ese alegato a la felicidad, otras por la maraña de estridencias en la producción, o finalmente por la sobredosis de épica hacia el final. Una exhibición que no levanta cabeza a pesar del curioso contraste de voces, dejando un sabor de boca parecido al de pasar un domingo por la tarde delante de la televisión viendo ‘Qué tiempo tan feliz'». Sr John
.«Sia sigue en ‘Chandelier’ la mímesis con Rihanna emprendida en ‘Diamonds’, donde sus voces se confundían por momentos. Los fans de la compositora –que los tiene– ya se están tirando de los pelos porque el tema no está recibiendo la atención merecida, pero yo no lo veo: es excesivo, suena demasiado a drama cuando vende todo lo contrario y la imagen de la lámpara de araña que sugiere su título no puede ser más barroca, una mezcla incómoda entre P!nk, Jennifer Lopez y ‘La guerra de los Rose’. Y encima se me ha pegado ‘Chandalino’ de Teresa Rabal». Sebas.
«Sia no se resigna a pasar a la historia como la escritora de éxitos masivos para otras, como muestra el hecho de reservar para sí un temazo como ‘Chandelier’. La australiana alterna con sabiduría el pop grandilocuente del estribillo con guiños al moombahton en las estrofas, situándose a medio camino de todo (y, por tanto, siendo capaz de cualquier cosa a nivel comercial). Pero destacaría la pasión, casi desgarrada, de su voz, que hace sentir tan cercana, tan propia, la historia de dolor ahogado en priva, desbordando la emoción con ese «voy a vivir como si no hubiera mañana». A tu salud, Sia». Raúl Guillén.