Lidia Damunt: «Mi idea con ‘Gramola’ era hacer algo más ligero y festivo»

Ha pasado por los seminales Hello Cuca y ha editado algunos de los mejores discos del pop español reciente en Subterfuge y Austrohúngaro, pero ahora Lidia Damunt presenta un proyecto completamente diferente. En su sello Tormina Records edita un disco de curiosísimas versiones llamado ‘Gramola’ que esta semana presenta en nuestro país. Hoy 9 abril está en Madrid (La Fábrica), mañana 10 de abril en Murcia (La Yesería), el 11 de abril en Valencia (La Edad de Oro) y el 12 de abril en Barcelona junto a Aries (3a RONDA – «Centre Artesà Tradicionàrius»). Detalles, aquí. Hablamos con la cantautora murciana vía mail (vive en Malmö, Suecia, desde hace un par de años) sobre la creación de este curioso nuevo disco y de su regreso a la autoedición, entre otras cosas.

¿En qué momento te planteaste crear tu propio sello? ¿No quedaste contenta de la experiencia con Austrohúngaro?
Hacía ya tiempo que le iba dando vueltas a la idea de crear mi propio sello. Con Hello Cuca desde el principio elegimos la autoedición porque nos parecía la mejor opción. Era 1997 y por entonces resultaba dificilísimo distribuir tu música de esa manera, aun así nos compensaba. Cuando inicié mi carrera en solitario en 2007 sí que me apetecía probar la experiencia de trabajar con sellos, pero hoy en día creo que editar mi música desde Tormina Records es la mejor forma de crear el contexto perfecto para mi trabajo. Además, no sólo me interesaba autoeditarme, también sacar discos de otra gente, probar formatos raros y cosas así… es más divertido.

Tu estilo, de aquella chica que se desgañitaba y golpeaba el suelo con furia a modo de percusión, a la que hoy encontramos en ‘Gramola’ que suena a menudo dulce, ha cambiado. ¿Cómo ves ahora aquellos inicios? ¿Estabas tan enfadada como parecía?
Yo no lo veo así, en mi primer disco ‘En la isla de las bufandas’ hay baladas que harían llorar al tipo más duro, véase ‘Pueblo Fantasmal’ o ‘Temprano por la mañana’. Pero bueno, mi estilo en directo sí que es un poco punk, será porque crecí escuchando a las riot grrrls y a Richard Hell.

El sonido de ‘Gramola’ es más sencillo y rockero que el de ‘Vigila el fuego‘, que era más complejo e incorporaba sintes, cajas de ritmo… ¿Esto ha sido algo circunstancial o premeditado?
El proceso de elaboración de las versiones que componen ‘Gramola’ fue bastante largo y difícil. Tuve que pelearme mucho con algunas de las canciones para llevarlas a mi terreno con éxito. La verdad es que acabé agotada y a la hora de plantearme la grabación en el estudio, decidí que tenía que ser todo muy sencillo. Contacté con varios músicos, nos reunimos en el Cabo de Gata y el disco se grabó durante una semana, casi en directo y sin apenas producción. Mi intención era plantear la misma grabación como una experiencia, algo divertido, y que no nos rompiéramos mucho los sesos con detalles de producción.

¿Cómo se te ocurrió lo de ‘Gramola’, un disco de versiones? Parece que es algo que casi cada músico o artista tiene que hacer una vez en su vida, como aquello de plantar un árbol, escribir un libro…
A finales de 2012 me surgió la oportunidad de hacer un concierto en un centro para gente con problemas mentales. Querían una especie de jukebox, todo canciones populares. Me junté con una amiga que canta y nos preparamos un montón de versiones: ‘Be my baby’, ‘La Bamba’, ‘Bailando, bailando’, Ace of Base, Elvis, de todo. Nos llamábamos Rita Bengala y fue una experiencia extraña pero muy chula. Me quedé enganchada a las versiones, y así fue cogiendo forma la idea de ‘Gramola’. Lo que más me interesaba era que fueran canciones conocidas ya que me gusta mucho ese momento (del que tú hablas aquí) de estar escuchando una versión de una canción y a la vez vas recordando la original en tu cabeza. Hacer versiones es un poco como traducir, mola.

La selección de temas es curiosa, imprevisible. Son canciones que no suponen una referencia obvia en tu carrera, ni en solitario ni en Hello Cuca, así que parece de cajón que son importantes para ti en un plano emocional, ¿no? ¿Cuál es el nexo de unión entre ellas?


Todas tienen en común que son canciones que me gustan, de intérpretes o cantautoras a las que admiro. También quería que fueran canciones conocidas, para buscar ese momento en el que la persona que escucha al mismo tiempo está comparando.

Aunque sea redundar en la anterior pregunta… Me pasó algo curioso cuando escuché ‘Al ritmo de la noche’, porque es una canción que no recordaba y, al escucharla, saltó de repente la melodía escondida en alguna parte de mi cerebro, junto a otras cosas de la niñez. ¿Tu relación con estas canciones viene también de ahí?
No. Son canciones que he ido escuchando más bien estos últimos años. Quizás porque vivo fuera de España me hace más ilusión recuperar y versionar canciones del folklore español y latino. Desde el contexto en el que vivo me parece todo más fresco, más interesante, que hacer un disco de versiones de Leonard Cohen y Bob Dylan.

Por otra parte, tu aproximación a ellas no parece estar bajo un mismo patrón, del tipo «llevarlas a tu terreno». Hay algunas en las que sí parece que es así, como ‘Vive’, pero otras, como ‘Señora’ (diría que es mi favorita), dan la sensación de que ha sido la propia canción la que te ha guiado a ti hasta esa forma, con ese solo… ¿Cómo ha sido el proceso de adaptación?
En el caso del solo de ‘Señora’ sí que se puede decir que la propia canción me guio hasta allí. Lo grabamos después de cenar, era ya un poco tarde, y había bebido un par de cervezas así que enseguida se me olvidó el solo que llevaba preparado. Improvisé este y quedó un poco sucio y rabioso, muy apropiado para ‘Señora’.

Me voy a permitir la libertad de darte una opinión sobre uno de los temas. Pienso que ‘Ay pena, penita pena’ es una canción apasionada, que se adaptaba mucho a esa Lidia furiosa de ‘En la isla de las bufandas’. Y, sin embargo, tu versión se centra más en la melodía, en convertirlo en un tema pop estándar y me parece que es una oportunidad desperdiciada. ¿Cuál era tu intención en concreto en este tema?
El ‘Ay pena penita pena’ es una copla muy intensa, no creo que le pudiera echar más pasión que Lola Flores, y además lo que quería hacer era justo lo contrario, hacer una cosa más ligera y festiva. En general esa era mi idea principal con ‘Gramola’, y no al revés.

Me llama la atención muchísimo que más de la mitad del disco son canciones de artistas latinoamericanos. ¿Cuál es el origen de tu relación con la música de allí? ¿Te interesan sobre todo los clásicos o sigues artistas actuales también?
Escuchar a Violeta Parra por primera vez fue lo que me impulsó a empezar a escribir canciones en solitario con la guitarra acústica. Después fui descubriendo más cosas del folklore y la música popular latina gracias a ella. Pero fuera de los clásicos conozco poco, vaya.

Háblanos de los proyectos de tu sello Tormina Records. Si no me equivoco, uno es un grupo en el que tú participas que se llama Arre! Arre!, ¿verdad?
Además de ‘Gramola’, he editado el disco de Feathered Arms para España. Feathered Arms son un grupo de Malmö que me encanta, están dando mucho que hablar y sus directos son arrolladores. Además tengo planeados dos lanzamientos más este año, de artistas españoles, pero es un poco pronto para hablar de ello. En Arre! Arre! toco la guitarra. Pronto grabaremos algo, pero esos temas irán directos al streaming, más que nada para seguir haciendo directos y rodar las canciones. No tenemos prisa por grabar “el” disco.

Por último, cuéntanos cómo será «La gira del poncho» de esta semana…
‘La gira del poncho’ pasará por Madrid, Murcia, Valencia y Barcelona. Me acompañará en el escenario la guitarrista Clara Collantes [NdE: de Autonautas y La Ruleta China, y ahora también de El Palacio de Linares] , que además participó en la grabación de Gramola. Aún no he encontrado ningún poncho que me favorezca pero en su defecto nos podemos poner unas camisetas de Tormina Records talla L y solucionado.

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Publicado por
Raúl Guillén
Tags: lidia damunt