Después de triunfar en Sundance y en Gijón, el debut en el largometraje de Jordan Vogt-Roberts se estrena en el Atlántida Film Fest. ‘The Kings of Summer’ es un ejercicio de nostalgia que parece demasiado calculado y no resulta del todo logrado. Su trama y andamiaje dramático son más endebles que la cabaña que los chicos construyen en el bosque. Y ese tono irónico y excéntrico, tan Sundance, que a veces despliega el director, sobre todo a la hora de retratar a los padres de los protagonistas, no acaba de encajar con el del resto del filme.
A pesar de ello, la película consigue trascender esas limitaciones gracias a su capacidad para transmitir las ansias de libertad de los adolescentes, su rebeldía y sus inquietudes: las ganas de ser independientes, de “ser hombres”. Escenas como la de los juegos en el bosque, la noche en vela por culpa del desamor y la “traición”, o ese fantástico final desde las ventanillas del coche, son un claro ejemplo de la capacidad del director para aprehender y reflejar ese espíritu adolescente.
Desde ese punto de vista, ‘The Kings of Summer’ funciona como una atractiva fábula romántica, un cuento o una fantasía de espíritu libertario donde unos chicos se rebelan contra la autoridad y construyen su particular Walden: un lugar donde experimentar, de forma ingenua pero gozosa, la sensación de libertad. 7.