Pero a la hora de valorar ‘Everyday Robots’, por supuesto el disco de Damon es excelente. Y no lo es porque sea su disco más apasionado. Al contrario. Lo es porque Damon es un chico muy listo. El álbum es el resultado de todo lo que el artista ha aprendido y desarrollado durante estos años. Su habilidad para el pop y para colocar un buen góspel aparecen en la mencionada ‘Mr. Tembo’, su trabajo con Bobby Womack parece una influencia en números tan negros como ‘The Selfish Giant’ (con un «eco fantasmal» de Bat for Lashes), su interés por musicar películas en el tema doble ‘You and Me’, sus intenciones más experimentales en las colaboraciones con Brian Eno, etcétera. Lo curioso es que ni todas las ideas contenidas en el disco son tan innovadoras (en su minimalismo a veces suena una guitarra y una caja de ritmos sin más), ni las canciones tan inolvidables (¿alguien versionará algún día estas composiciones?), pero Damon sabe disimularlo como un campeón y eso también tiene un mérito enorme.
Asistido por Richard Russell de XL en la producción, quien además ha escogido sus pistas favoritas de entre las sesenta presentadas por Albarn, ‘Everyday Robots’ es un elegante y muy actual compendio de folk, trip-hop, jazz o soul que en algunas de sus partes podría hacer asomar su cabeza a James Blake. Y es que a pesar del carácter intimista del álbum y de lo aparentemente poco cargado que está, los créditos son largos. El corte titular
que abre el disco contiene uno de los samples, el de Lord Buckley en referencia al explorador español del siglo XVI Álvar Núñez Cabeza De Vaca. Esa primera frase, «no sabían dónde iban, pero sabían que donde estaban, no era», sirve como avance de un álbum que reflexiona sobre la sociedad actual en relación con la tecnología, poniendo sobre la mesa temas como el individualismo, la influencia de Facebook («Everyday robots just touch thumbs»), las comunicaciones («tell the trains to re-route») o el futuro del amor («It’s hard to be a lover when the TV’s on»).Como muestra este último ejemplo, Damon sí ha sabido encajar en este fregado referencias autobiográficas, y lo introspectivas que suenan canciones como ‘You and Me’ y ‘Hollow Pounds’ encuentran una correspondencia con sus textos. La primera habla de su antigua adicción a la heroína y la segunda referencia fechas concretas como 1976, y el verano más seco de la historia en Reino Unido, o 1991 y 1993 y una pintada que vio de ‘Modern Life Is Rubbish’. Lo adecuado de las cuerdas, en algunos casos entre las más bonitas que ha grabado Damon en su vida, junto a los pianos que también suenan en los dos temas instrumentales, ‘Seven High’ y ‘Parakeet’, van construyendo un disco lleno de «growers» en el que también hay que aplaudir su secuencia.
Una secuencia en la que se han distribuido de manera óptima los numerosos singles de adelanto y en la que la euforia de ‘Mr Tembo’ no desentona en absoluto con el carácter melancólico de todo el disco (de hecho aparece unida a la anterior ‘Lonely Press Play’). Damon es un chico muy listo y para evitar de todas todas que este álbum pudiera ser tildado de lacrimógeno o pitopáusico, tras la bellísima ‘The History Of A Cheating Heart’, ha colocado un dúo absolutamente genial con Brian Eno titulado ‘Heavy Seas of Love’. Un colorido final optimista que, entre sus contrastadísimas voces, palmas, pianos, voces sampleadas y del Leytonstone City Mission Choir, deja con ganas de más. Algo fundamental para las áridas primeras escuchas del disco, que terminan dando sus frutos.
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Everyday Robots’, ‘Heavy Seas of Love’, ‘Hollow Ponds’, ‘The History Of A Cheating Heart’
Te gustarán si te gustan: Bobby Womack, Radiohead, James Blake
Escúchalo: iTunes