Delafé y las flores azules: «No sacamos el recopilatorio por necesidad»

Uno de los grupos catalanes más exitosos de los últimos años, Delafé y las flores azules (anteriormente conocidos como Facto Delafé y las flores azules) cumple diez años, y lo celebra con ‘Estonosepara’, un disco doble recopilatorio con diez singles y diez rarezas, que hace un repaso a su trayectoria musical. Y por ello, hablamos con una de las componentes de la banda, la también actriz Helena Miquel, sobre cantar en catalán, cómo vivir de la música en estos días (sin morir de hambre en el intento) y sobre los discos recopilatorios «sacacuartos».

Para promocionar el disco esta vez estáis girando por salas: tras haber girado por festivales, ¿estáis intentando volver a un tipo de concierto más íntimo, a retomar vuestra conexión con el público?
Es fruto del mecanismo con el que solemos trabajar: si sacas disco en verano sueles tener la suerte de que seguramente los festivales van a querer que estés ahí. Pero cuando llega el invierno es más complicado, porque no hay tantos festivales ni tanta contratación. Así que lo que solemos hacer es, precisamente, plantear una gira de salas.

En festivales estás muy limitado por la duración, y son conciertos muy enérgicos, con muchos singles en los que has de poner toda la carne en el asador para que la gente se lo pase bien. En salas tienes la oportunidad de tocar canciones que son más relajadas o que te dan otro tempo al directo.

Y pensáis que, con lo famosos que os habéis hecho, ¿seguís manteniendo vuestros fans de base de los primeros discos?
Yo creo que les mantenemos. Esa es al menos la sensación que yo tengo, porque siempre decimos que el concierto no depende solo de quienes estamos en el escenario.

«Somos un grupo que tanto para la publicidad como a nivel cinematográfico, inspiramos muchas imágenes con las canciones. No es algo que hayamos buscado nosotros, de todos modos»

Que yo ahora mismo recuerde, habéis participado en dos campañas publicitarias: una de El Corte Inglés y otra de San Miguel, que además protagonizaba el mismísimo Óscar D’Aniello. ¿Habéis vuelto a pensar en hacer algo así, habéis desestimado alguna propuesta en este sentido…?
Sí, desestimamos una y hace años nos hicieron otra y no se llegó a concretar, aunque teníamos ya la canción. Somos un grupo que tanto para la publicidad como a nivel cinematográfico, inspiramos muchas imágenes con las canciones, algo que encaja muy bien con el sector. Es por eso por lo que a los publicistas les viene a la cabeza nuestra banda. No es algo que hayamos buscado nosotros, de todos modos.

Y teniendo en cuenta lo durísimo que está el panorama en la industria musical en este momento, ¿es aliarse con marcas y hacer publicidad una de las formas de mantenerse en pie?
Entran en juego bastantes factores: nosotros siempre hemos intentado pensarnos dos veces el tipo de proyecto que es porque te puede beneficiar pero también te puede perjudicar. Todo está en una línea muy peligrosa, porque es diferente hacer una campaña o que te esponsorice una marca para hacer una gira y hay momentos en los que te puede funcionar, pero siempre tienes que ser selectivo para no perder la identidad del grupo.

Indudablemente este tipo de acciones son una exposición mediática extraordinaria: el músculo financiero que tienen las grandes corporaciones permite poner la composición de un artista determinado en cientos de canales televisivos, radio, y otros soportes. ¿Crees que esto os ha ayudado a ser más conocidos?
Seguramente nos han conocido personas que antes no habían oído hablar de nosotros, pero no tengo claro que esto haya repercutido especialmente en el largo plazo. Es posible que durante un verano sí haya sucedido, pero al final los que se quedan de verdad son los que han conectado contigo de otra manera, no de forma puntual.

«Hemos perdido la relación con Marc, sabemos que ha estado viviendo en el extranjero y no sabemos si ahora mismo sigue allí o está viviendo en Barcelona de nuevo»

Comenzasteis este proyecto junto a Marc Barrachina, y luego lo abandonó. ¿Habéis contado con él para este recopilatorio de alguna manera, tiene su apoyo personal?
No, no hemos tenido oportunidad. Hemos perdido la relación con Marc, sabemos que ha estado viviendo en el extranjero y no sabemos si ahora mismo sigue allí o está viviendo en Barcelona de nuevo. Perdimos el contacto y no hemos podido comentárselo. Pero él inevitablemente está ahí, y ha formado parte de este proyecto.

¿Te hubiese gustado a ti personalmente hacer algo con él de forma simbólica o a modo de celebración?
Curiosamente, no nos lo planteamos, y de hecho me lo haces pensar ahora. No queríamos dejar pasar la oportunidad de celebrar este décimo aniversario con este disco doble, y lo vemos como algo más festivo. Yo creo que si Marc sabe que hemos hecho esto estará orgulloso, no creo que se sienta ofendido…

Lo preguntaba más por el tema emocional, de decir “mira hasta dónde hemos llegado”.
Eso se hubiese dado si hubiésemos mantenido el contacto, pero al haber perdido la relación, yo creo que es más difícil.

Habéis incluido en el disco una especie de mash-up entre ‘Mar, el poder del mar’ y ‘Enero en la playa’. ¿No os da pánico mezclar dos de vuestras canciones irónicas que cualquier fan de Facto Delafé (o ahora mismo de Delafé y las Flores Azules) tiene en la cabeza?
No, porque es casi un homenaje a lo que hacemos a los directos. Desde hace muchos años la tocamos en vivo, porque las canciones adquieren su propia vida cuando estás en el escenario. Nunca hemos dejado de tocarla y ha evolucionado con el tiempo. Un día espontáneamente cuando estábamos tocando en directo ‘Mar, el poder del mar’, a Óscar se le ocurrió rapear por encima la letra de ‘Enero en la playa’ y aquel día seguramente yo le miré extrañada en el escenario como “¿qué está haciendo?”. Pero luego nos gustó, y nos parecía también un regalo volver a grabar ambas y reversionarlas con este nuevo formato.

Eso también me interesaba, el proceso creativo (si es que lo ha habido) detrás de esa mezcla. Si fue algo espontáneo o más pensado.
Este tipo de cosas siempre salen de forma más espontánea, y después las piensas, con un trabajo que te ayude a terminar de encajarlo.

Lo que me sorprende es que, con el anterior trabajo (‘De ti sin mí / de mí sin ti’) habíais ido mucho más por el camino instrumental, mientras que en la producción de este nuevo tema os veo más electrónicos.
Para nada. La grabación de ‘El poder del mar en enero’ no es nada electrónica, está todo tocado. Yo creo que te da esa sensación porque es una canción muy fresca y muy sencilla.

Así que no hay vuelta a lo que hacíais antes, sino una exploración más hacia delante.
Sí, a hacer lo que hacemos en los directos, con formación, con batería, con Dani tocando el bajo… que es lo que hemos hecho también en la canción de ‘Como loco’, grabar la versión que ahora hacemos en los directos (‘Nunca pare, siempre siempre’), totalmente instrumental.

También para el disco anterior, Óscar grabó un documental sobre la muerte de su padre en el que tú aparecías. En varias entrevistas después habéis dicho que estabais contentos con el resultado, pero que os parecía demasiado personal e incluso os daba miedo. ¿Repetiríais?
Sí, yo personalmente. Óscar no está aquí, y obviamente él no repetiría por las circunstancias que lo rodeaban, pero fue muy agradable rodar el documental. El equipo eran dos personas y al final se convirtieron en nuestros amigos, era algo muy cercano. Estas cosas dan reparo porque no sabes si estás contando cosas de tu vida que no deberías contar, pero es la magia de olvidarte de que hay una cámara delante y mostrar una parte de ti que lo que hace es acercarte más al público.

Entonces, ¿no es mentira eso que dicen los participantes de los realities de que se te olvida que hay una cámara delante?
(Risas) ¡Es totalmente real!

¿Os animáis entonces a hacer una especie de ‘Mario y Alaska’ pero en plan ‘Óscar y Helena’?
(Risas) ¿Te imaginas? ¿TE IMAGINAS? Yo creo que sería un poco más aburrido, te lo puedo asegurar. ¡Ellos son mucho más ingeniosos!

Habéis comentado también alguna vez que tenéis más problemas para tocar en Cataluña que en otros lugares por cantar en español. Ahora que el pop catalán vive un momento de gloria, y que ha demostrado que puede vender tanto, ¿os habéis planteado alguna vez explorar algo más vuestras raíces catalanas?
Lo hemos comentado alguna vez, pero Óscar es el que escribe las letras. Él es italiano y castellano parlante por parte de madre, así que le sale mucho más fácil expresarse en español. No es algo que queramos forzar. Igual en el futuro nos proponen algún tipo de proyecto que tenga que ver con hacer una canción en catalán, pero en principio la identidad del grupo está muy clara y creemos que sería raro.

¿Tú nunca te has animado a componer nada en Delafé y las flores azules?
He hecho alguna pincelada, me dedico más a las melodías…

Porque entiendo que tu lengua materna es el catalán…
Sí, y tengo además una banda desde el año 99, Élena, cuyos últimos discos han sido en catalán y escribo yo las letras. Así que yo también tengo mi manera de expresarme, mis otras vías de expresión. En Delafé me centro mucho en las armonías vocales.

De todas formas, es cierto que aquello salió en una entrevista, pero yo recuerdo que en aquel momento comentamos que yo no tenía esa sensación. Había un boom de bandas en catalán, y es un poco más lo que la gente quería ver en aquel momento: Els Catarres, La Pegatina… Así que no tenía que ver tanto con nosotros o el idioma en el que cantábamos, sino con que la gente en aquel momento quería más ver a Manel o Els amics de les arts.

Yo tampoco tenía esa sensación…
Son esas cosas que tienen las entrevistas, el directo.

Es que es muy buen titular…
Sí, es verdad.

«Es verdad que es difícil vender discos y que la gente se siente a escuchar veintidós canciones, pero asumimos un riesgo que creemos nos ayudó a explorar un terreno que hasta ahora no habíamos podido»

Utilizasteis la última vez un formato de disco doble, que a mí me pareció muy novedoso, con los mismos textos pero diferentes armonías y ritmos, el famoso «disco espejo». Ahora también es un disco doble, aunque un poco con una idea detrás: por un lado diez singles, en plan “esto es lo que hemos hecho hasta ahora” y por otro diez rarezas, “esto es lo que hemos estado haciendo pero que no habéis visto”… Me sorprende esta tendencia del disco doble, el disco largo, cuando el mundo de la música ha cambiado y todo el mundo busca la inmediatez, el single, y vosotros sin embargo decís “no, yo quiero que te sientes a escuchar veintidós canciones”. ¿Cómo surge? ¿Pensáis en un primer momento que vais a tener éxito, que os la vais a pegar, que lo queréis sacar sea lo que sea porque os gusta…?
El disco anterior era un disco muy elaborado, muy conceptual. Fue saliendo poco a poco mientras componíamos las maquetas. En un momento Dani y Óscar empiezan a trabajar en las canciones, de diferentes maneras, y Óscar iba probando con los textos, y veía que la misma canción le encajaba en varias melodías. Así que llegamos a la conclusión de que era un ejercicio, un experimento curioso que nos apetecía. Nos dimos cuenta de que el mensaje que te transmitía la canción era tan distinto con una música triste que con una música enérgica, que queríamos experimentar en este aspecto.

Es verdad que es difícil vender discos y que la gente se siente a escuchar veintidós canciones, pero asumimos un riesgo que creemos nos ayudó a explorar un terreno que hasta ahora no habíamos podido. Ese disco B, precisamente, te muestra la otra cara de Delafé y las flores azules: somos gente que ha escuchado mucha música y también nos gusta la música melancólica aunque seamos un grupo que siempre defiende unas letras muy positivas. Queríamos jugar un poco con todo eso, además de que era imposible en nuestra carrera sacar un disco que fuera solo el B, porque la gente no entendería nada. Era una manera de sacarlo, haciendo un disco doble y el documental.

¿Y cómo ha sido la selección de las rarezas?
A la hora de editar el recopilatorio nos hemos basado sobre todo en esa fecha, el décimo aniversario que no queríamos dejar pasar, para ofrecer a la gente que nos ha seguido un regalo. De ahí surgió el hacer otro disco además de los singles, ofreciendo algo especial para aquellos que llevan mucho tiempo con nosotros. Así que incluimos todas esas canciones que aunque hemos grabado en un estudio terminaron en un cajón como ‘Georgia’, ‘Marietta’ y ‘Marietta & Georgia’, que es una canción, pero al final son tres.

Otras habían sido regalos de singles, otras versiones de canciones (como la de Duncan Dhu y Radio futura) que habían sido parte de acontecimientos muy puntuales y nunca se habían editado… y además para celebrar esos diez años hemos vuelto a grabar ‘Mar, el poder del mar’ y ‘Enero en la playa’ en ‘El poder del mar en enero’.

Sorprende del disco recopilatorio que además está muy cuidado en cuanto a producción, diseño, habéis contado con el diseño de Opisso Studio… Aunque en vuestro caso hay una coartada para sacar el disco, ¿habéis intentado huir un poco de esa sensación de “sacacuartos” que suelen tener los recopilatorios?
Claro, es que… ¡yo no he tenido nunca la sensación de que hayamos sacado el disco por necesidad! Era el hecho de cumplir diez años lo que nos ha llevado a hacer algo especial. Realmente esto es algo que no sucede todos los días y pensamos “no puede ser que no hagamos nada, porque el año que viene no lo vamos a poder hacer y nos vamos a arrepentir”. Así que lo que queríamos es compartirlo con la gente. Desde luego el disco no responde a una necesidad, porque hace un año solo que sacamos el anterior, ni a una falta de ideas, porque ya estamos con el próximo disco.

El artwork efectivamente es algo que nos gusta cuidar mucho porque nos gusta ofrecer algo que sea especial. Sergio Pisso ya hizo el diseño del anterior disco y para este disco le preguntamos si le apetecía, nos dijo que sí, le dimos libertad total y estamos muy contentos con el resultado.

¿Ya estáis con trabajo nuevo?
Estamos empezando con alguna demo, pero todavía no tenemos idea de por dónde van a ir las cosas…

Ni sonido, ni fechas…
No, no hay nada definido aún.

[Foto: Sergi Capellas]

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Publicado por
Lolo Rodríguez