Stromae / Racine Carrée

Posiblemente muchos hemos subestimado a Stromae, alias del músico belga Paul Van Haver. Quizá solo vimos en ‘Alors On Dance‘ poco más que un simpático revival del eurodance que en los 90 reinaba en las emisoras de radio y las pistas de baile menos exquisitas de nuestro continente. ‘Cheese’, su álbum de debut, ofrecía algunas jugosas golosinas más (‘Te quiero’, ‘Peace Or Violence’, ‘Dodo’) pero caía en demasiados lugares comunes, en un davidguettismo que hacía dudar que sería algo más que otra estrella fugaz, un accidente. Pero la pasada primavera ‘Papaoutai‘, canción del pasado verano para nuestros lectores, fue un auténtico bofetón que nos hizo abrir los ojos.

Aquel tema, una canción extremadamente personal que comienza siendo un reproche a la ausencia de su padre (falleció en su Ruanda natal cuando Paul apenas tenía nueve años) se convertía en una expresión de sus propias inseguridades y miedos ante su figurada paternidad. Nada mal para un hit que copó las listas de media Europa, cuyo vídeo supera los 150 (!) millones de visualizaciones en Youtube y le llevó a estar entre los álbumes más vendidos de 2013 en todo el mundo. Lo más interesante es cómo su compleja y nada aleatoria mezcla de pop, hip hop, raíz africana (la característica guitarra es obra del músico congoleño Papa Dizzy), trance y electrónica es capaz de enganchar de una forma inapelable.

‘Papaoutai’ sirve además como muestra de credenciales de los propósitos de ‘Racine Carrée’ (que juega con el doble sentido de la palabra «raíz»): hacer bailar, divertir y sonar contemporáneo, pero sin renunciar a los clásicos y a las raíces propias, tratando cuestiones vitales importantes, siendo trascendente y emotivo, no simplemente hedonista. La meta es compleja y no está al alcance de casi nadie (a bote pronto, apenas Pet Shop Boys o LCD Soundsystem hayan logrado tal hazaña en los últimos lustros), y Stromae no culmina su proyecto con un éxito (artístico, aclaro) pleno, pero se queda bastante cerca de ello.

Su segundo álbum de estudio arranca tan excelso, apuntando a lo más alto, que casi parece inevitable que decaiga en algún momento. Concretamente, parece que podría habernos ahorrado perfectamente ese ‘Merci’ instrumental que no aporta nada y la balada acusatoria al cáncer ‘Quand C’Est?’ que da un poco de vergüencilla, mientras que el pseudo-dubstep borrico de ‘Human Á L’Eau’ y ‘AVF’ (un «que os den por culo» entonado junto a los raperos franceses Maître Gims y Orelsan) no alcanzan el nivel. Pero, por lo demás, ‘Racine Carrée’ es abrumador, especialmente cuando apuesta abiertamente por lo festivo, como sucede en el ya mencionado hit del álbum, repitiendo esa arrebatadora coalición de sirenas trance y percusiones africanas en ‘Ta Fête

‘ (himno de la selección belga para el próximo Mundial de Fútbol, aunque paradójicamente parece hablar de las drogas y la cultura de clubs), ‘Bâtard’ (alzando un dedo acusatorio al racismo latente, negado por pura imagen) o ‘Sommeil’ («lo tienes todo, pero no pegas ojo», canta a los que viven tan absortos en sí mismos que se pierden la vida).

Pero también resulta brillante cuando se inclina por globalizar el europop, como en la fantástica ‘Tous Les Mêmes‘ (entre aires de son cubano, acusa los caducos arquetipos de comportamiento de hombres y mujeres con el sexo contrario), ‘Ave Cesaria’ (precioso homenaje a la gran diva caboverdiana Cesária Évora), ‘Moules Frites’ (su tono de cancioncilla infantil y su metáfora culinaria sirven para reclamar más y mejor educación sexual) o ‘Carmen’, basada en la célebre ‘Habanera’ de la ópera de Bizet, creando una elipse entre el trágico romance clásico y la futilidad de las relaciones interpersonales que se imponen en las redes sociales. Por encima de todas, ‘Formidable’, una balada en la que conviven orquestaciones y ritmo trap para una interpretación brutal: justificando las comparaciones con su compatriota Jacques Brel, Stromae se enfunda la piel del hombre ebrio que canta verdades crudas sobre el amor para expiar su propio abandono.

La escenificación con cámara oculta que hizo Van Haver para el clip oficial de este single en las calles de su Bruselas natal (atención al momento en el que los policías acuden a él), es otra muestra más del gran artista total que no sospechábamos que era. Stromae compone, produce, canta, baila e interviene en la creación de sus fantásticos visuales, con su peculiar aspecto físico, alejado de los arquetipos de estrella del pop que, además, le dota de un innegable carácter. Desde sus orígenes de chico de barrio, no se conforma con haber hecho sonar la flauta una vez y lucha por crear una música que sea abiertamente popular, abarcando un espectro amplísimo de público, para mostrar que se puede tener éxito hablándonos de cuestiones importantes. ‘Racine Carrée’ es imperfecto, pero hace innegable que Stromae hará cosas grandes.

Stromae actúa el día 28 de mayo en el Parc del Fòrum, en la jornada inaugural de Primavera Sound 2014.

Calificación: 7,6/10

Lo mejor: ‘Papaoutai’, ‘Formidable’, ‘Ave Césaria’, ‘Tous Les Mêmes’
Te gustará si te gusta: la música popular europea de cualquier era, de Jacques Brel a Naughty Boy.
Escúchalo: Youtube

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Publicado por
Raúl Guillén
Tags: stromae