Primavera Sound 2014: jueves

Foto: Dani Cantó. Primavera Sound.

– Grupo de expertos Solynieve: Más que la banda alternativa de J al margen de Los Planetas (que hoy actúan inesperadamente en el escenario más pequeño del festival), GESYN es todo un supergrupo en el que además de él confluyen Manu Ferrón, los Lori Meyers Antonio Lomas y Miguel López, Raúl Bernal (Yo soy Jean Paul) y el veterano Víctor Lapido (Lagartija Nick, 091…). Eso se palpa de inmediato nada más arrancar su show: no son unos advenedizos, y su sonido es brillante y compacto, como pocas bandas nacionales pueden presumir hoy en día. Es verdad que el repertorio, de ritmo tranquilo y en el que brillaron las recientes ‘Fandango de la libertad’ y ‘Año nuevo’, tuvo momentos algo más densos de lo deseable. Pero la recta final, culminada con la coreada y certera ‘La reina de Inglaterra’, supuso un muy buen inicio de jornada festivalera. Raúl Guillén.

– Real Estate: Con el buen tiempo que hacía el jueves por la tarde, con un sol intenso pero sin abrasar y un poco de brisa, la banda sonora perfecta tenía que ser la aportada por Martin Courtney, Matt Mondanile & cía. La banda de Nueva Jersey estaba encantada de estar en Barcelona a juzgar por sus muestras de agradecimiento y ofreció un set sin sobresaltos, como el calmado carácter de su música, que vino de perlas a la multitud que se congregó frente al escenario Heineken para relajarse y disfrutar de las vistas. Con temas del estupendo ‘Atlas‘ como ‘Had To Hear’ o ‘Talking Backwards’ y de álbumes pretéritos, como ‘Easy’ o ‘It’s Real’, endulzaron una tarde que ya era agradable de por sí. Quietmansmiling.

– El último vecino: El proyecto dirigido por Gerard Alegre Dòria aún puede crecer y mejorar mucho, y su directo podría ser más robusto y contundente en ocasiones (cuando sonaban líneas de bajo secuenciadas, se notaba ostensiblemente). Pero lo que sí es innegable es que su irrupción en el panorama estatal como una de las propuestas más interesantes de los últimos tiempos está harto justificada por unas canciones magníficas, inquietantes y seductoras a partes iguales. ‘Riscas’, ‘Un sueño terrible’, ‘Los Ángeles’ y una ‘Otra vez asustado’ que remató el set por todo lo alto mostraron que el proyecto funciona fantásticamente en un escenario de entidad, y no solo en pequeños clubs. Y todo gracias a un Gerard que se enfunda con valentía en el papel de cantante y frontman de fuerte carisma, prácticamente inédito por aquí desde figuras tan significativas como Germán Coppini o Poch. Arriesgando, juega y baila sin rubor sobre el escenario, a veces con la torpeza de la espontaneidad pero siempre seduciendo e hipnotizando. RG.

– Joan Colomo: Las constantes bromas de Joan, preguntándonos qué hacíamos toda esa gente en el pequeño escenario Sony Club PS cuando Nacho Vegas estaba presentando «su disco político por ahí», parecían traslucir cierta insatisfacción por no poder presentar en otro sitio una propuesta tan notable como la suya, que lo es en verdad. Aunque el sentido del humor es siempre de agradecer, también hay que decir que el aire de despreocupación e improvisación se sintió un poco como cierta falta de respeto hacia un público que, al fin y al cabo, estaba ahí para verle a él. Con todo, la ejecución de canciones tan fantásticas como las del reciente ‘La fília i la fobia‘ (preciosas ‘Els amigos’ y ‘Màquina del temps’) o cortes seleccionados de su discografía como ‘La mort’, ‘Un comino’ o ‘Cada día más’, fue de un ímpetu contagioso que ponía una sonrisa en la cara sin remedio. Nosotros también queremos que, algún año, pueda mostrarlo en un escenario más grande. RG.

– Midlake: El brillante renacer de la banda de Denton, Texas, tras la marcha de Tim Smith con un álbum como ‘Antiphon‘, que en vez de palidecer frente al resto de la discografía de la banda, queda totalmente a la altura de los demás trabajos, merecía ser presenciado en directo. La tarea de Eric Pulido al frente de la banda es importante, pero con unos músicos tan excelentes como los del resto de la formación, el trabajo no parece tan pesado. Aún con la dulce brisa del atardecer y con el sol de espaldas en el escenario Sony (el fresquete empezaría en conciertos como el de Warpaint), nos quedamos boquiabiertos ante el poderío del sexteto (a destacar las guitarras del nuevo miembro Joey McClellan) en temas como ‘Provider’, ‘This Weight’ o ‘The Old and the Young’, que si en el nuevo álbum suenan bien, en directo ganan una barbaridad. Pero ¿y qué ocurrió con los temas de la era Smith? Ningún problema: aplicando el aire más ensoñador y psicodélico de ‘Antiphon’, canciones como ‘Roscoe’, ‘Young Bride’, ‘We Gathered In Spring’ o la final y emocionante ‘Bandits’, superaron el escollo de haber cambiado de frontman a la perfección (cabe apuntar que el tono vocal de Pulido se parece bastante al de Smith). Que no tengamos que esperar mucho más para poder volver a verlos, por favor. Q.

– Aries: El singular proyecto personal de la ex Charades Isabel Fernández Reviriego se plasma en vivo de una forma curiosa. Ella, mientras canta (en directo demuestra una buena y bonita voz), a través de un pad de teclados y secuenciadores lanza sus canciones en múltiples capas, una dulce y densa amalgama que por momentos recuerda al Panda Bear de ‘Person Pitch‘. En contra de lo que pudiera parecer, prescindir de instrumentos tradicionales no perjudica en absoluto a sus canciones, que no pierden su poder evocador, e incluso el set resulta más dinámico que su propio álbum. RG.

– Warpaint: Con la noche bien entrada (y probablemente el Auditori como escenario), el directo de Warpaint habría sido más efectivo, ya que las oscuras y relajadas atmósferas del cuarteto entran mejor en unas condiciones que en otras. Aun así, su concierto en el escenario Heineken cuando aún atardecía fue muy bien recibido. Ya lo contamos en su visita a Madrid hace unos meses: las chicas lo bordan en directo, tocando estupendamente y cantando mejor aún. En Barcelona esa máxima se cumplió y las bonitas vistas que dejaba la puesta de sol acompañaron las delicadas y sensuales melodías de temas como ‘Love Is To Die’, ‘Biggy’, ‘Keep It Healthy’ o ‘Undertow’, creando una atmósfera mágica para quien supo conectar con la banda (que también hubo quien se dedicó a charlar durante todo el set). Como sorpresa, la versión del ‘Ashes To Ashes’ de David Bowie, que hicieron suya y que pidió a gritos una colaboración. Q.

– Majical Cloudz: El interesante proyecto que suma la voz y composición de Devon Welsh -muestra viva del normcore que puja por inundar la estética global- y las producciones de Matthew Otto prometía un interesante directo. Pero, aunque temas como ‘Childhood’s End’, ‘Bugz Don’t Buzz’ y las nuevas ‘Love Soul’ y ‘Savage’ (que garantizan que siguen en la buena línea) brillaron por sí mismas, el escenario Pitchfork, poco íntimo, y la hora, en la que ya se imponía un tono más jubiloso, jugaron en contra de ellos. Solo las primeras filas parecían lograr disfrutar de un show que, aunque impoluto técnicamente, hubiera sido más disfrutable bajo otra tesitura. RG.

– Neutral Milk Hotel: Aunque este año el festival haya vendido abonos como rosquillas gracias a la inclusión de Arcade Fire u otros en su cartel, posiblemente uno de los fichajes más estelares fuera el de Neutral Milk Hotel. De hecho, quienes estuvimos en la edición de 2013 recordaremos los anuncios para la actual edición, con el proyecto liderado por Jeff Mangum como anticipo. Una de las reuniones más improbables y deseadas en el mundo de la música independiente era esta y por ello no podían faltar en el Primavera Sound. Como era de esperar, no cabía un alma frente al escenario ATP, donde casi todo el mundo permanecía bien atento ante la que muy posiblemente fuera la primera y última vez que veía a la banda, aunque por la comunión que hubo entre artista y público, sería una pena que un concierto así no se repitiera en nuestro país. Seguramente hubo más de uno que se preguntó “¿de verdad es ese Jeff al frente de NMH? ¿esto está pasando de verdad?”. Y sí, sucedió, y sonaron con mucha fuerza y ganas, haciendo de los momentos en los que interpretaron temas como ‘Ghost’ o ‘In The Aeroplane Over The Sea’ algo verdaderamente especial. Concierto para ser recordado con cariño. Q.

Foto: Dani Cantó. Primavera Sound.

– St. Vincent: En un festival como el Primavera Sound, donde gran parte de los grupos que actúan van, hacen sus canciones y ya está –lo cual está muy bien, ojo– la propuesta en vivo de St. Vincent destaca de manera notable. Clark no solo toca sus canciones sino que comprende a la perfección lo que significa ser una verdadera “entertainer” y no duda en hacer uso de su innegable carisma y presencia escénica para ofrecer un directo mucho más completo, donde tienen cabida desde coreografías –robóticas como en ‘Rattlesnake’; espásticas como en ‘Bring Me Your Loves’–; hasta falsas inmolaciones –Prince Johnny– pasando por la constante ilusión de que quien controla a Clark en el escenario es su guitarra y no al revés, lo cual añade al directo un punto de emoción, pues ya sabemos todos cómo se comporta el instrumento de St. Vincent cuando su autora lo saca a pasear. Con todo, el concierto que Clark ofreció anoche en el escenario Sony del Primavera Sound justo antes de Arcade Fire fue, si bien por momentos algo inconsistente –Clark sigue siendo incapaz de trasladar al directo la epicidad de dos de sus mejores temas, ‘Surgeon’ y ‘Cruel’, a los que se añadió anoche ‘Digital Witness’, muchísimo mejor en disco– muy entretenido en general, bendecido, claro, por un repertorio cada vez mejor y un sonido “en su punto” que brilló especialmente en ‘Marrow’, probablemente la canción que mejor le queda en directo, pero también en una divertidísima ‘Birth In Reverse’, juguetona mini «córeo» mediante; ‘Huey Newton’ y una espectacular ‘Bring Me Your Loves’. A destacar, cómo no, la atractiva robustez y sequedad de los solos de Clark, que siguen siendo su mejor y más potente arma. ¿Para cuándo el próximo? JB.

– Svper:

Aunque el horario de Future Islands obligó a abandonarles antes de tiempo, hubo tiempo suficiente para certificar que el kraut pop de texturas analógicas del dúo formado por Sergio Pérez y Luciana Della Villa tiene el magnetismo necesario para brillar a lo grande. Sus siluetas enfrentadas entre el humo de los cañones y el color de la iluminación fue una estampa imborrable para los que ya les conocemos y para los que les descubrieron ayer sobre el escenario Vice, tanto como las propias ‘Atlántico’ o ‘No volverá’ lanzadas frente al mar. RG.

– Future Islands: Los de Baltimore llegaron con la vitola de banda de moda, como atestiguaba el numerosísimo público que atestaba el Picthfork, y salieron triunfantes. Aunque ‘Singles’ sea su tercer largo de estudio, es evidente que el poder viral les ha encumbrado, gracias a las dotes escénicas de un Sam Herring que no decepcionó nada. Si acaso, se le puede achacar que su voz sonara por momentos gastada (no es de extrañar, con los esfuerzos a los que la somete), pero por lo demás dio todo lo que esperábamos y mucho más: bailes espasmódicos e hipnóticos, entrega, teatralidad, chulería, seducción… Sus compinches, en segundo plano escénico, ejecutaban sus temas (celebradísimos y coreadísimos los de su último álbum, obviamente) con un vigor fabuloso, rocosos y afilados sin necesidad de una sola guitarra. Herring agradecía con sinceridad la respuesta de un público que no olvidará haber visto a una banda en estado de gracia ni esos golpes de pecho que resonaban en el micro y hacían saltar simbólicas ráfagas de sudor. RG.

Foto: Santi Periel. Primavera Sound.

– Chvrches: Apenas se había movido nadie del escenario Pitchfork que enlazaba los shows de dos de las bandas más hypeadas de los últimos meses. Tras Future Islands, era el turno de Chvrches y el trío escocés también respondió con rotundidad a las dudas. Sonaron atronadores sin perder matices y Lauren Mulberry, guapísima y encantadora, cantó de maravilla (aunque, hacia el final del set, tuvo algún problema con su pinganillo). Sin ser una diva del baile, no se limitaba a permanecer estática ante el micro, dando fuerza a su interpretación. El resto lo hicieron canciones inapelables y emocionantes como ‘Lies’, ‘We Sink’, ‘Gun’ o ‘Recover’, herederas de los mejores Erasure o Depeche Mode, que nunca sonaron desalmadas. Sorprendió muy gratamente una ‘Under The Tide’, cantada por Martin Doherty, que enardeció al respetable que se entregó a ellos del todo entonces, poco antes de rematar con la enorme ‘The Mother We Shared’. Inapelables. RG.

Foto: Dani Cantó. Primavera Sound.

– Queens Of The Stone Age: La banda liderada por Josh Homme siempre ha contado con el favor del público, quien los ha apoyado desde sus comienzos en el stoner rock hasta la actualidad, evolucionando hacia un sonido personalísimo que culminó el pasado año en un ‘…Like Clockwork’ que también contó con el favor de la crítica. En su puesta en escena festivalera, Homme y sus chicos, con el ex-Mars Volta Jon Theodore ahora a la batería y por lo demás la misma formación que en la gira de ‘Era Vulgaris’ (2007), tiraron de grandes éxitos desde el minuto uno, desatando la locura entre el respetable con temazos como ‘Millionaire’ y ‘No One Knows’ para comenzar el concierto. Durante la hora y veinte que permanecieron en escena, repasaron cortes de casi toda su carrera (lástima que no tocaran ninguna de su debut), como ‘Feel Good Hit Of The Summer’ (otro momento para la locura, con Homme alentando al público con un “let’s go loco, motherfuckers”), ‘Little Sister’, ‘Sick, Sick, Sick’ o ‘Burn The Witch’, pero en el set tuvieron más peso los cortes del último trabajo, como ‘My God Is The Sun’, ‘If I Had A Tail’, ‘Fairweather Friends’ o ‘Smooth Sailing’. Entre tanta intensidad, también hubo momentos de calma, como los brindados por ‘…Like Clockwork’, el tema titular, pero el tono festivo estuvo tanto en el escenario como en el público, con un Josh Homme visiblemente feliz, bromeando con sus compañeros y en líneas generales en un total estado de gracia. Seguimos sin entender por qué la gira de su último álbum no ha pasado por aquí, así que nos habremos de conformar con su excelente visita al Primavera. Q.

Foto: Dani Cantó. Primavera Sound.

– Arcade Fire: Los canadienses eran el gran reclamo de la jornada, si no del festival completo, y se notó. Ignoro qué tal resultó para los privilegiados que se ganaran un espacio frente al escenario y a una distancia razonable, pero algunos dedicamos la primera hora del show de Arcade Fire a intentar encontrar un lugar en el recinto, chocando con el flujo de personas que abandonaba el escenario Sony (situado en frente) tras ver a Queens Of The Stone Age. Parece impensable que, en un evento de esta entidad, haya al menos un 50% del público que se vea condenado a no ver y no oír con un mínimo de calidad al grupo más esperado, si bien los atroces problemas de sonido es algo que misteriosamente Arcade Fire ya pasearon por el Palacio de los Deportes de Madrid y el FIB hace un par de años. Una vez arrancado el show, en medio de los nervios por el comienzo y por hacerse con un puesto mínimamente digno, la mala visibilidad de buena parte de la explanada y un sonido horrible, como si estuvieran tocando dentro de una caja de zapatos gigante, convirtieron la primera parte del concierto en algo irritante. Tras arrancar a lo grande (al menos en la teoría) con ‘Reflektor’ y ‘Flashbulb Eyes’, Win Butler y su banda (ya de por sí nutrida, se refuerza ahora con percusionistas y vientos metales, de los que no tuvimos constancia sonora al principio, insisto) se metían en el bolsillo a las primeras filas enseguida recurriendo a los siempre celebrados ‘Neighborhood #3 (Power Out)’ y ‘Rebellion (Lies)’. Tras una nutrida selección de lo mejor de sus cuatro álbumes de estudio, el sonido comenzó a ser más cristalino superado el ecuador del concierto y empezó a haber espacios que permitían contemplar el espectáculo. En su recta final, encarada con una gran ‘Afterlife’, y unas bonitas ‘It’s Never Over (Oh Orpheus)’ y ‘Sprawl II (Mountains Beyond Mountains)’ en las que brilló Régine, una versión rumbera de ‘Tequila’ dio paso a los famosos cabezudos, que en esta ocasión estaban comandados por el mismísimo Papa Francisco, que cayó al suelo víctima de «demasiado vino sagrado», según Win. Estos bailaron ‘Normal Person’ y una celebratoria ‘Here Comes The Night Time’, en la que soltaron una fantástica y copiosa lluvia de confetis (como un pedo en un gag humorístico, esto nunca falla), antes de cerrar con la comunión de coros de ‘Wake Up’. Sabor agridulce, al final. RG.

– Bo Ningen: Es de agradecer que hubiera alternativas interesantes a los cabezas de cartel y sin duda una de ellas fue el concierto de Bo Ningen en el escenario Vice mientras Arcade Fire ofrecían su show. Los japoneses eligieron poner el acento en su faceta más rockera y lisérgica, con temas como ‘Inu’ o ‘Henkan’. Verlos con sus pelos larguísimos, sus extraños movimientos como si hicieran tai-chi y sus kimonos a la vez que sueltan toda esa furia es algo digno de presenciar, y todo ello sin que se les escape una sola nota. Con la desquiciada ‘Daikasei (part II, III)’ y un final apoteósico de ruido y locura, dieron fin a su breve set, dejándonos con el deseo de que para otra vez toquen más rato y dediquen un tiempo a otras canciones que se echaron en falta, pero en los festivales estas cosas suelen pasar. Sentimientos encontrados tras su show, pero hay que aplaudir la energía que tienen. Q.

Foto: Dani Cantó. Primavera Sound.

– Disclosure: Tras una decepcionante, para muchos, aparición del dúo de gemelos británico en la pasada edición del Día de la Música en Madrid, los autores de ‘Settle’ se sacaron la espinita que pudieran tener (si la había) por aquello. En un gran escenario y con un sonido espectacular, Disclosure interpretaban (no se limitan a lanzar pregrabados, sino que los modulan y tocan bajo y percusiones reales) los fantásticos temas de su debut, delante de unas proyecciones y efectos luminosos indescriptibles, que dejaban boquiabierto mientras hacían bailar a lo grande. Ni el hecho de deshacerse pronto de los celebrados ‘When A Fire Starts To Burn’, ‘White Noise’ o ‘You & Me’, ni los parones entre algunas fases del set (restaban algo de dinamismo, aunque se entiende que eran técnicamente necesarios) mermaron su capacidad de mover al público que, aunque exhausto, permaneció con ellos hasta el final. RG.

– Moderat: Con una puesta en escena simple pero muy bonita, con cuatro pantallas en forma de cruz y unas proyecciones trabajadas y efectivas, los berlineses congregaron a muchos en el ATP y nos hicieron bailar y soñar a partes iguales con temas como ‘Rusty Nails’, ‘A New Error’ o ‘Bad Kingdom’. Tanto en las instrumentales como en las cantadas, mantuvieron al público atento, habiendo momentos para bailar dándolo todo y momentos para cerrar los ojos y dejarse llevar por los paisajes que evoca su electrónica. Q.

Foto: Xarlene. Primavera Sound.

– Metronomy: El largo tránsito del escenario Heineken al Ray Ban nos impidió disfrutar de algunas favoritas como ‘Radio Ladio’, ‘Love Letters’ o ‘The Look’, pero aun así el concierto que ofreció la banda de Joseph Mount mereció mucho aguantar el horario tardío. En formato de quinteto, la banda se despliega delante de un fondo que emula las curvas rosáceas de la portada de su último disco, todos enfundados en trajes blancos de corte setentero, al estilo de una orquesta de barco o boda. Mount, aunque es el claro líder, se reparte protagonismo con la guapa batería Anna Prior, estupenda también como voz solista, y un Olugbenga Adelekan magnífico al bajo y el baile. Ante una cantidad de público abrumadora (personalmente nunca, en todas las ediciones celebradas en el Fòrum, había visto el escenario Ray Ban tan repleto y desbordado como en este show), Metronomy sonaron como una banda ya grande y madura, con un concepto sonoro propio e inigualable, brillando especialmente en ‘I’m Aquarius’, ‘Everything Goes My Way’ y una celebrada ‘The Bay’. RG.

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