Por el tipo de singles que salieron adelantando ‘Blunderbuss’ (su debut en solitario de 2012), es decir, el acústico ‘Love Interruption’ y el rockero ‘Sixteen Saltines’, el público pudo hacerse una idea a ciencia cierta de lo que contenía el trabajo: temas potentes, pero también con un peso importante de los medios tiempos y las baladas acústicas, donde el piano era un instrumento con tanto protagonismo como la guitarra eléctrica. White nos ha engañado un poco con los citados singles de ‘Lazaretto’, pues ambos son bien potentes y sucios, sobre todo el tema titular, haciéndonos pensar que su segundo LP podía ser todo un puñetazo sonoro, pero no. El álbum vuelve al planteamiento de su debut (incluso con más peso de medios tiempos y baladas) y eso no es nada malo, pues al de Detroit no le hace falta esconderse entre muros de distorsión para sacar buena música y de hecho es capaz de crear belleza y emocionar con pocos elementos. Hay muchos puntos interesantes que explorar aquí, entre ellos cómo sacó adelante las letras, escritas cuando el músico tenía diecinueve años, y rescatadas ahora de su desván.
Aunque seguramente temas como el propio ‘Lazaretto’ sean los arietes y los más recordados y celebrados en los conciertos, merece la pena dedicarle unas cuantas escuchas al disco y observar cómo White explora la música tradicional de su país en cortes como ‘I think I found the Culprit’ o ‘Temporary Ground’, donde encontramos elementos como el violín o el pedal steel guitar y contribuciones vocales tan bonitas como las de Lillie Mae Rische. Y es ahí, en esas pequeñas joyas escondidas, como la simple (y no por ello menos convincente) ‘Want and Able’ que cierra el disco, donde descubrimos que hasta el White más desnudo, sin tanta teatralidad, puede dejarnos igualmente boquiabiertos. Pero como el ex de Meg White es dado a tonos dramáticos en su música, con excelentes resultados, también cabe destacar esos momentos del álbum, aquí plasmados en pistas como ‘Would You Fight For My Love?’ o ‘That Black Cat Licorice’ (y también la ya citada ‘I Think I Found The Culprit’). En definitiva, lo haga como lo haga y se lo plantee como se lo plantee, Jack White siempre logra tocar la fibra a quien se acerca por cualquier ángulo de su ya extensa discografía y aunque este trabajo requiera repetidas y sustanciales escuchas para sacarle brillo, al final deslumbra como siempre.
Calificación: 7,6/10
Lo mejor: ‘Lazaretto’, ‘Would You Fight For My Love?’, ‘I Think I Found The Culprit’, ‘That Black Cat Licorice’.
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Escúchalo: Deezer