Tras eliminar decenas y decenas y decenas de respuestas muy divertidas pero con solapaciones (¡cuánta gente vendería su virginidad, a su ex y vinilos de los 90!), estas han sido las respuestas ganadoras.
«Vendería a mi novio que ya lo tengo muy usado y seguro que en el Cruïlla encuentro recambio. Qué va, pobrecito. Tendrían que pagarme por lo menos… ¡5 entradas por él!». Viviana
«El equipo de música de mis vecinos. Corrijo, mejor a mis vecinos, aunque dudo que con eso sacara ni para un día». Pipocas.
«Aunque me duela, vendería las pulseras que me encontré en un concierto de Blur en Madrid, con la gira de ‘Think Tank’. Luego resultó que eran de Damon y la cosa se complicó…». Jonathan.
«Vendería mi caja de vinilos de Blur… ¡pero no puedo! Pero hey, si me dais el abono, ¡pongo la mano sobre ella como en la Biblia y prometo que el año que viene me lo compro! Como ya no va a haber crisis…». L.
«Vendería mi título de licenciado, que está firmado por Juan Carlos I y dentro de poco ya será una pieza de coleccionista. Ya que tenerlo no me ha servido para conseguir un trabajo con el que poder pagarme el abono, así por lo menos le sacaría algún rendimiento». Sergi.
«La discografía de Lady Gaga, y así mato dos pájaros de un tiro». Alejandro.
«La colección de zapatos de mi chica. Me costaría un par de piernas o un año sin sexo, estoy seguro, pero el Cruïlla de este año bien lo vale». Ricardo.
«Los utensilios raros de cocina que nunca utilizo que me regalan mis tíos para Reyes. A alguien le aprovecharán, yo consigo la entrada y todos felices». Mireia.
«Pues vendería el abono del Primavera Sound 2015». Adrià.
«Vendería uno de mis riñones si se pudiera, pero como creo que este tipo de tiendas no aceptan órganos humanos trataria de vender la camiseta de la selección española porque, siendo como soy de Barcelona, me parece que a partir del año que viene ya no la voy a usar….» Lluís.