Jukebox Babe: ‘Molly Drake Songs’ de Tracey Thorn

Jukebox Babe: ‘Molly Drake Songs’ de Tracey Thorn
(2014, Buzzing Fly)

Inauguramos esta sección, hermana pequeña de ‘Clásicos Que Nunca Lo Fueron’, con un espléndido single de Tracey Thorn que se escapó del radar de la mayoría de los medios musicales, a pesar de haberse publicado este año. Sencillos como éste, o viejos clásicos semiolvidados, saldrán de forma intermitente de nuestras polvorientas estanterías para cobrar un poco de vida nueva, aunque sea efímeramente.

En noviembre de 2013 la BBC emitió un reportaje sobre Molly Drake en su emisora Radio 4. El interés por la faceta artística de la madre de Nick Drake ha ido creciendo en los últimos años, en especial en lo relativo a la influencia musical que ejerció en su hijo, esa figura intocable del folk británico de los 60 que a su vez ha llegado a generaciones enteras de artistas, desde Beck hasta Los Planetas. La publicación en 2011 de una cuidada selección de sus grabaciones caseras fue clave en esta reciente revisión de su importancia como compositora y música. De todo esto y muchos más aspectos biográficos trataba el mencionado reportaje, para el cual el periodista Pete Paphides pidió la colaboración de Tracey Thorn de Everything But The Girl, quien grabó dos versiones de Molly como acompañamiento musical. Las cuales gustaron tanto que Buzzin’ Fly, el sello de su compañero Ben Watt, las acabó publicando en esta edición limitada y especial para el Record Store Day del presente año.

El envoltorio del single es exquisito, creación de uno de los equipos de portadistas más interesantes de la actualidad, IWANT Design, una imagen que representa muy bien la sobriedad y belleza de las canciones de Molly. Exactamente igual que Tracey Thorn en el plano musical. Las dos canciones, arregladas con máxima parquedad (piano eléctrico y voz, guitarra y voz), están diseñadas para que brillen al máximo las composiciones de Drake y la voz de Thorn. Esa voz (¡ay!) que ilumina todo aquello en lo que posa su respiración, como vuelve a probar la cara A, ‘How Wild the Wind Blows’:

«La bellota encierra un roble, dormido por tan solo un instante / El invierno yace en los brazos de la primavera como una madre lleva a su hijo / Y nunca sabe cuán fuerte sopla el viento».

La voz de Tracey y los acordes menores de un piano Fender Rhodes ya dicen de por sí “melancolía”, pero la composición original de Molly la rezuma también, con su acento británico de clase media alta y su piano nostálgico, fantasmal. Thorn la actualiza a un estilo vocal más propio de hoy junto a Ben Watt, que es quien instrumenta ambos temas, convirtiendo este disco de alguna manera en un single de EBTG encubierto.

La cara B es el complemento perfecto: en este caso a voz y guitarra acústica, ‘Night is my Friend’ era otra de las canciones que más destacaba de la recopilación de 2011, una pieza al estilo de la música ligera de los 40 y 50, con una preciosa secuencia de acordes.

La poesía con nostalgia algo amarga por una vida que pudo haber sido diferente -un tema recurrente en las canciones de Molly- desaparece aquí para describir la noche como un espacio mágico, poético, en el que recuperaba su libertad para dedicarse a esas aficiones apartadas forzosamente: la poesía y la música.

Nadie, pues, como Tracey Thorn para volver a dar vida a estas canciones en el siglo XXI: hasta su retorno de hace cuatro años, pasó prácticamente una década en semirretiro artístico, criando a sus tres hijos. Esa conexión entre la melancolía y añoranza de dos mujeres inglesas separadas por sesenta años de distancia hace que el proyecto cobre un sentido muy especial y convierte a este disco en una verdadera joya.

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Publicado por
Jaime Cristóbal
Tags: tracey thorn