Continúa el idilio entre Eels y Madrid

De entre los artistas que más giran por nuestro país habría que destacar el frecuente paso de Mark Oliver Everett y su banda por los escenarios nacionales y centrándonos en los de la capital, los fans madrileños de Eels han podido ver a Mr. E en cuatro ocasiones desde que volviera a insuflar vida al proyecto con ‘Hombre Lobo’ (2009), la última de las cuales tuvo lugar el pasado lunes en el Circo Price, emplazamiento ideal para la propuesta de ‘The Cautionary Tales Of Mark Oliver Everett‘, su último trabajo, en el que E explora de nuevo su lado más intimista, como ya hiciera hace cuatro años en ‘End Times‘, por ejemplo, pero de manera mucho más lograda.

Con esa premisa, era de esperar encontrarse el recinto con la única posibilidad de presenciar el espectáculo sentado, ya que en el foso también había asientos dispuestos.

Una puesta en escena sencilla, con bombillas sobrevolando el escenario y más bombillas detrás del mismo, anticipaba el calor y la cercanía que estaban a punto de vivirse. El pasado año visitaron La Riviera vestidos de chándal y con un espectáculo muy animado y este año, muy acordes con el contexto musical que venían a presentar, E y sus chicos vinieron trajeados. Mark recordó el concierto de 2013 en varios momentos de la actuación, comentando lo divertido que fue y que por desgracia no iban a divertirnos tanto en esta ocasión, provocando frecuentes carcajadas entre el respetable con este comentario y con otros muchos, cargados de la misma ingeniosa ironía de la que rebosa su estupenda autobiografía

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Con un buen sonido que duró prácticamente todo el concierto (lástima del momento en el que falló el contrabajo) y un público más que entregado desde el minuto uno, Mr. E y sus amigos (la sensación de fraternidad era total entre E y su banda) lo tuvieron todo a su favor para ofrecer un recital que rozó la perfección en bastantes ocasiones. Equilibrando bien el repertorio entre los nuevos temas y clásicos como ‘It’s A Motherfucker’, ‘I Like Birds’ o ‘My Beloved Monster’, con nuevos arreglos y una perfecta ejecución, la emoción estaba a flor de piel, con respetuosísimos silencios durante los temas que no hacían más que estallar en aplausos de júbilo a su término y así una y otra vez. Tan contento estaba Everett que además de ofrecer dos bises en los que nos regaló dos joyas como ‘Last Stop: This Town’, ‘3 Speed’ y hasta una versión de ‘Can’t Help Falling In Love’ de Elvis Presley, bajó al foso a abrazar a su público, quien acudía en masa a devolverle el abrazo. Otra noche para recordar y ya van muchas así con Eels.

Foto: Live Nation.

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Publicado por
Miguel Sánchez
Tags: eels