Cuando Rod Thomas publicó su debut hace un par de años, el NME acudió raudo y veloz a alimentar el hype, como normalmente hace con cualquier proyecto surgido de las islas británicas. El galés se mereció en aquel momento una comparación con Robyn, quizá gracias a la conjunción de música electrónica con letras melodramáticas que tienden a la flagelación. Por aquel entonces, la comparación se sostenía por lo novísimo del proyecto de Thomas, que todavía no había tenido prácticamente tiempo de rodar. Pero a día de hoy, desafortunadamente, el paralelismo con la sueca le queda demasiado grande. Dos años después de ‘Make Me Believe in Hope’, Bright Light Bright Light ha madurado más bien poco, y ‘Life Is Easy’, su nuevo álbum, va bastante justito. Escasos cambios en una propuesta que tiene muchas menos canciones pegadizas que la anterior, y que termina convirtiéndose en un disco de EDM bastante aburrido. Y todo el mundo sabe que no hay crimen mayor en el mundo de la música que hacer un disco de pop aburrido. De lo poco salvable, quedan el macarreo del estribillo de ‘Good Luck’ (y eso que la canción, en conjunto, es bien chunga), la eurovisiva ‘I Believe’, y su dueto con Elton John, ‘I Wish We Were Leaving’, si es que eres capaz de abstraerte de la competición entre ambos por ver quién hace más gorgoritos y florituras vocales. El resto es más bien paja. No del todo mala, pero paja al fin y al cabo.
Clasificación: 4,5/10
Lo mejor: ‘I Wish We Were Leaving’.
Te gustará si te gusta: verás en muchísimos medios comparaciones hasta con Pet Shop Boys. No las creas.
Escúchalo: Spotify.