Ya sabemos cómo le sienta a ciertos artistas que el público asistente a sus conciertos se preocupe más por sacar fotos o grabar que disfrutar de los conciertos en sí. El último caso, el de M. Ward, terminó de hecho bastante mal, con el compositor norteamericano abandonando bruscamente el escenario
sin terminar su set, no sin antes intentar patear la cámara de una chica que se encontraba grabando el concierto en primera fila mientras su amiga hacía fotos con flash, a pesar de que los organizadores del evento habían avisado que Ward no quería cámaras en su concierto bajo ningún concepto.