Indagando un poco más, descubro que Royal Blood pertenecen a la misma agencia de management de Arctic Monkeys y Paolo Nutini, dos superventas en el país anglosajón. Sea un cuento de hadas o una muy buena estrategia de márketing, este dúo dará que hablar en los próximos meses. Su disco debut homónimo agradará a los fans de QOTSA, The Black Keys y del rock clásico en general. Se publicó este lunes y en dos días vendía 39.000 copias en las islas: con toda seguridad, este fin de semana serán número 1 en Reino Unido. Hablamos con su batería, Ben Thatcher, antes de su concierto en el DCode (13 de septiembre, Madrid).
¿Sabíais que hay un grupo que también se llama como vosotros?
Sí, algo he escuchado, son españoles, creo. Tienen un gran nombre, sí. Como nosotros (risas).
Sois amigos desde hace tiempo. ¿Siempre quisisteis tocar este estilo?
Sí, creo que es algo que vino de forma muy natural. Cuando Mike y yo entramos en un estudio, parecemos muy conectados. En realidad nunca hablamos del estilo que queríamos tocar, simplemente salió.
¿Qué es lo que más os sorprende de la atención que estáis recibiendo ahora?
¡Creo que eso es lo sorprendente! Somos demasiado tontos como para tener atención de alguien, así que es muy divertido para nosotros -ríe-.
Formasteis el grupo hace dos años y vuestro nombre suena ya en todas partes. Muchos grupos tardan más de dos años en llegar donde vosotros estáis, ¿cómo os sentís al respecto?
Bueno, llevamos con el grupo dos años, pero ambos hemos sido músicos durante más tiempo, desde hace casi diez años. Escribimos música desde hace tiempo, puede parecer simple pero que ahora haya gente que venga a nuestros conciertos y que compre nuestra música es acogedor.
Al escuchar vuestras canciones cuesta creer que sois un dúo.
¡Sí! Hacemos mucho ruido y parece que ha funcionado. Mike es un gran bajista y la verdad es que no hay secreto o músicos que toquen detrás del escenario, solo somos Mike y yo así que gracias por pensar que podemos ser más gente.
¿Cuál es la parte más difícil de tener un grupo con dos miembros?
(Piensa durante varios segundos) Esa es una pregunta difícil, porque en realidad es fácil. Las cosas no se complican tanto cuando el grupo es de dos personas. En un grupo grande pueden ser dos o tres contra uno y aquí si uno de los dos no está de acuerdo en algo, eso no se hace y ya está.
¿Pensáis incluir en el futuro más miembros?
Bueno, ¿quién sabe el futuro? No sé qué es lo que va a pasar, a lo mejor sí entra más gente, pero a lo mejor me vuelvo joyero (risas). De todas formas, si metemos más gente en el grupo, seríamos extremamente ruidosos y montaríamos una orquesta o un coro.
¿En serio?
Lo tengo en mente, pero tampoco sé si es posible.
A la larga, ¿qué repercusión tuvo que Matt Helders (Arctic Monkeys) se pusiera una camiseta de Royal Blood?
Fue una experiencia muy divertida y tuvimos que hacerle la camiseta porque no teníamos ninguna.
¿Os gustan las comparaciones?
Es algo con lo que hay que convivir, somos un grupo de dos así que somos un blanco fácil.
¿Piensas que el rock está de moda otra vez?
Sí, aunque bueno, el rock siempre ha estado ahí. Como cualquier moda puede ir y venir pero siempre habrá alguien que haga rock y ahora hacen falta grupos que se hagan más populares.
Hay muchas expectativas con vuestro disco de debut. ¿Tenéis miedo de decepcionar a la industria o a vosotros mismos?
No, pienso que lo hemos hecho lo mejor que hemos podido para este disco. Cada canción que hemos compuesto es como un hijo. Esto es como ver a tu hijo en una carrera de 100 metros: si gana es increíble y estarás orgulloso pero si pierde lo seguirás queriendo y estarás orgulloso de él. Nosotros estamos orgullosos de lo que hemos hecho hasta ahora.
El Dcode será una prueba de fuego porque vais a tocar en un escenario grande. ¿Cómo os sentís?
¡Genial! Me encanta España, hace buen tiempo, puedes beber sangría… así que estoy deseando llegar allí.