Así, en su decimocuarto álbum en solitario, Adams se aparta del camino de la tradición americana por el que habían discurrido sus últimas obras, especialmente las firmadas junto a The Cardinals, y retoma aquella faceta que practicó en sus inicios, la del rock más ortodoxo y AOR, propiciando que recuperemos sus evidentes conexiones con Tom Petty (que, curiosamente, está más vigente que nunca) y otro ex-chico de pueblo que triunfó en la gran ciudad, Bruce Springsteen. Al de Nueva Jersey remiten muchas de las canciones de este disco, especialmente el trío formado por ‘Feels Like Fire’, ‘I Just Might’ (en la que incluso su tono vocal se aproxima al del Jefe) y la bonita ‘Tired Of Giving Up
‘ (en cuya letra parece autoreprocharse su inconstancia e impaciencia) que, sin ser canciones superlativas, bien contribuyen a su solidez.Esa, la consistencia, es el principal rasgo de un disco que, dejando a un lado el estupendo single ‘Gimme Something Good‘, destaca más por la emoción sencilla que transmite en su conjunto, gracias a cortes tan estupendos como ‘Let Go’, ‘Stay With Me’, ‘Trouble’ o ‘My Wrecking Ball‘. Y aunque se ha convertido en una constante en su carrera, este álbum apenas cuenta con momentos prescindibles (en este caso, solo cabe señalar una ‘Shadows’ en la que parece querer adentrarse en los terrenos épicos de The War On Drugs… y se queda muy, muy lejos). Esta vez, a Ryan le sienta estupendamente enarbolar la bandera de la modestia, propiciando un muy buen álbum que nos recuerda que él nunca ha dejado de ser el tipo que firmó aquellos fantásticos ‘Heartbreaker’ , ‘Gold’, ‘Jacksonville City Nights’…
Calificación: 7,3/10
Lo mejor: ‘Gimme Something Good’, ‘Trouble’, ‘My Wrecking Ball’, ‘Tired Of Giving Up’
Te gustará si te gustan: Bruce Springsteen, Tom Petty, Josh Ritter
Escúchalo: NPR