‘Yves Saint Laurent’ es un biopic vestido con ropa de mercadillo, una biografía prêt-à-porter que parece cosida en el sótano de un taller clandestino. La mires por donde la mires, del derecho o del revés, no se diferencia en nada de los cientos de biopics telefilmeros que han elevado la palabra «convencional» a manual de instrucciones estético y narrativo.
Me apuesto… el casco para mi bici nueva, a que a la salida del cine se escucha alguno de estos comentarios: «Cómo se parece el actor al verdadero YSL», «Era un genio», «¿Murió de sida?». Y es que poco más se puede sacar de esta película: que el actor Pierre Niney (‘Tímidos anónimos’, ’20 años no importan’) se parece mucho al diseñador francés, que el enfoque es claramente hagiográfico, o que la película no desvela la causa de su muerte (solo habla de «enfermedad»).
‘Yves Saint Laurent’ es un desfile de secuencias anodinas, con muchas vernissages y discusiones de pareja. Una pasarela de tópicos de «artista atormentado», evocados por su compañero sentimental (Pierre Bergé) y cosidos por el director en forma de biografía autorizada. Los muy fans del modisto disfrutarán viendo sus creaciones (Bergé dio todo tipo de facilidades para el proceso de documentación); los demás, esperaremos a que llegue ‘Saint Laurent’. 3.