Algunas acciones implican ciertos riesgos: conducir una bicicleta solo con dos ruedas cuando apenas estás aprendiendo, servir un plato en una mesa sin haberlo probado antes… Otra actividad arriesgada es dar un concierto en Madrid, ciudad donde el respeto por el artista en las salas está más ausente que presente.
Aún entendiendo los riesgos, ayer nos acercamos a Charada para escuchar en directo a Angel Olsen, que este año ha publicado el Disco Recomendado ‘Burn Your Fire For No Witness’. El sonido de la sala no fue tan deficiente como normalmente (Wire, que tocaron en la misma sala en julio de este año, tuvieron una pésima acústica), pero Angel Olsen no pudo dar la mejor versión de sí misma: desde el principio del concierto explicó que estaba resfriada.
Acompañada por una banda muy Velvet Underground, Olsen abrió su breve concierto con ‘Drunk and with Dreams’, que pertenece a su EP ‘Strange Cacti’, y fue alternando temas de su debut ‘Half Way Home’ (‘Free’, ‘Facts’) con los de su segundo disco, ‘Burn Your Fire…’ (‘Lights Out’, ‘Stars’). La cantante en el escenario recordaba por momentos a Grace Slick de Jefferson Airplane, sobre todo cuando se ponía rockera, coincidiendo que cuanto más ruidosa era, más silencio había en la sala. Debe de ser que todavía tememos a las chicas duras y no nos tomamos muy en serio a las cándidas.
La interpretación de ‘Acrobat’, esa preciosa canción de amor incluida en ‘Half Way Home’, se vio deslucida por la pobre voz de Angel y la cosa no mejoró mucho más. Después de tocar ‘Iota’, la estadounidense dio las gracias y se marchó. Lo más reseñable de la velada fue ver cómo una decena de groupies (hombres) se quedaban esperándola en la puerta a pesar del accidentado concierto.