Y no es de extrañar: ‘Canciones de amor a quemarropa’ (Libros del Asteroide) es tan indie –su trama, sus personajes, su ambiente- que parece estar escrita con un ojo puesto en Sundance. No es así, claro. La novela, muy autobiográfica, respira tanta sinceridad como los capilares de la barba de su autor. Pero lo parece, es inevitable: barbas, camisas de cuadros, pueblos del Medio Oeste, canciones folk grabadas en un cobertizo…
«El trovador indie con camisa de leñador más famoso de América». Así describe uno de los personajes al protagonista de la novela, un cantante de “triste falsete” inspirado claramente en Justin Vernon (compañero de instituto del autor). Al igual que el cantante de Bon Iver, el personaje de Lee compuso su primer álbum -‘Canciones de amor a quemarropa’- recluido en una pequeña cabaña calentada por una estufa de leña en un pueblo de Wisconsin.
En este sentido, el retrato que hace Butler de su tierra natal es sin duda lo mejor de la novela. La forma en que describe la vida en un pequeño pueblo resulta muy hermosa y evocadora. Es el relato de alguien que ha estado allí, que lo conoce, y sabe muy bien cómo contarlo, cómo transmitir por escrito lo que ha visto y lo que ha sentido.
Luego la trama es algo más convencional. Algo así como un “cuatro bodas y una infidelidad” (o un ‘Beautiful Girls’) protagonizado por cuatro amigos que se conocen desde pequeños y por la mujer de uno de ellos (una de las voces más sugerentes del libro). Cada capítulo está narrado en primera persona por uno de los personajes. Una manera eficaz de construir un relato coral sobre las relaciones sentimentales, los sueños (truncados o no) de juventud, la búsqueda de las raíces y el apego emocional a un lugar, a un hogar. 7.