Primavera Club, domingo: la apoteosis de Movement y la fiesta de Jungle

Tercera y última jornada del Primavera Club, el día en el que dos bandas brillaron por méritos propios por encima de la media. Pero vayamos por partes. Carla, la hermanísima de Joana Serrat, fue la primera en subirse al escenario del Teatre Principal con un directo bellísimo respaldado por sus teclados y una batería que hicieron que su set sonara mucho más orgánico de lo que a primeras podría pensarse tras haber escuchado ‘In The Forest’, el primer tema que la de Vic presentó hace unos meses. Habrá que ver cómo se las gasta próximamente cuando se atreva a mostrarnos más temas de estudio, pero por lo pronto la versión que interpretó del ‘Ring Of Fire’ de Johnny Cash sonó preciosa (e irreconocible respecto a la original) anoche.

A los pocos minutos, en el mismo escenario, los australianos Movement debutaron en nuestro país, ¡y vaya debut! Quien esto escribe debe confesar que hacía muchísimo tiempo que no se encontraba con una sorpresa de tal calibre. Su EP homónimo para el sello Modular es toda una exquisitez de R&B con alma, pero en directo se crecen de una manera sobrenatural. Su portentoso líder, Lewis Wade, desde el primer minuto derrochó un vozarrón y un melodramatismo que puso los pelos como escarpias en una abarrotada sala que ovacionó todos y cada uno de los temas. Y con razón. Escuchando ‘5:57’ nadie pudo resistirse a pegarse unos tímidos bailes, pero la joya de la corona, ‘Ivory’ (con ese final dominado por su estridente riff de guitarra), fue antológica de principio a fin. Treinta minutos duró apenas su show, aunque fue más que suficiente para pronosticar que no serán grandes, no, sino gigantes más pronto que tarde. Sam Smith debería andar muy preocupado porque lo cierto es que Wade se lo come con patatas como vocalista y tan pronto como el trío lance su primer largo van a recibir unos piropos de órdago. Han nacido unas estrellas en las Antípodas.

Con una sonrisa de oreja a oreja tras haber disfrutado de Movement fuimos a la Sala Apolo a ver a Alvvays, pero con lo que nos encontramos fue con un directo simplemente correcto que se vio empañado por ese reverb que le hacía un flaco favor a la voz de Molly Rankin (sobre todo en el primer tramo del concierto). Instrumentalmente los canadienses sonaron contundentes y tuvieron momentos llamativos como la pegajosa ‘Archie, Marry Me‘ o la siempre a reivindicar ‘Next Of Kin’. Sin embargo, en términos generales, no mostraron nada nuevo que no hayamos visto tropecientas veces con anterioridad en bandas de su mismo pelaje.

Volviendo al Teatre Principal, la expectación por Jungle se notaba desde minutos antes por la cantidad de gente que ahí había congregada. Con siete miembros sobre el escenario (incluyendo dos coristas), los británicos demostraron que son una auténtica fiesta en las distancias cortas y se marcaron una verbena funk que hizo que nos quitáramos tres kilos de encima bailando como posesos. La entrega del público fue un plus, aunque su propuesta por sí sola funciona a las mil maravillas gracias a un arsenal de hits como ‘Platton’, ‘The Heat’ o ‘Busy Earnin’’ perfectamente defendidos por ese tándem que canta al unísono formado por Tom McFarland y Joshua Lloyd-Watson. En los futuros festivales de verano van a ser una apuesta segura, pero antes de comprobarlo toca descansar de estos tres días tan productivos en los que hemos descubierto a muchas bandas que nos depararán grandes alegrías.

Fotos: Dani Canto, Eric Pamies.

Los comentarios de Disqus están cargando....
Share
Publicado por
Sergio del Amo