No es muy habitual que grupos como Clean Bandit se atrevan a venir a España. No he visto muchos conciertos programados de Kiesza, Katy B o Rudimental ni siquiera en Madrid y Barcelona. Casi hasta la visita de Duffy o la promocional de Emeli Sandé las recuerdo como rarezas. A este tipo de artistas ultra British hay que esperar a ver si el FIB, ávido de contentar a la mitad de su público, los trae, pero en este caso el grupo se ha atrevido con Razzmatazz y la Sala Arena. Al menos en este último caso no se colgó el «sold out» pero hubo llenazo hasta las barras.
El álbum ‘New Eyes’ tiene un punto algo kitsch en las cuerdas, reminiscente de propuestas eurovisivas algo manidas, pero también algunos pelotazos. Y además de ‘Real Love’ en segundo lugar, ‘Extraordinary’ en versión extended en la parte final y por supuesto en el bis su versión de ‘Show me Love’ y el cierre apoteósico e inevitable con ‘Rather Be’, hubo varias cosas que funcionaron en su set.
Lo más evidente es la complicidad entre sus seis componentes en directo: tres chicos y tres chicas que van alternando instrumentos y la función de vocalistas y que bailan y cantan todas las canciones aunque no sea la que les toque, aunque en esa no tengan el micro frente a la boca. Así, la vocoderizada ‘Dust Clears’, entonada por Jack Patterson, los ritmos jamaicanos de ‘Come Over’ o la estructura in crescendo de ‘Up Again’ -sí, a lo Rudimental- se convierten en improbables cumbres de su directo. El buen rollo y alguna cuerda pueden resultar algo blandurrios, pero ante todo su set es una reivindicación festiva de la electrónica noventera, no tan vista en la ciudad como otras propuestas. Una suerte de FIB en miniatura: igual el Festival de Benicàssim debería organizar algún evento previo similar para conquistar más público en nuestro país. 7.
Foto: Live Nation.