Después de un par de colaboraciones, no sabemos si casuales, con dos de las revelaciones de este nuevo resurgir de la música británica conectadas entre sí, Mary ha optado por hacer algo diferente y arriesgado, dentro del nivel que se puede (o se quiere) permitir una artista de su calibre. Tras los malos resultados de la banda sonora y entusiasmada por su participación en ‘F For You‘ de Disclosure, decidió grabar un EP. Un plan que fue ampliado a un disco entero. Durante un mes la vocalista se reunió con un puñado de músicos en Londres, y de esas sesiones ha salido este nuevo trabajo. El mítico Rodney Jerkins, productor ejecutivo del álbum, lo explicaba así: «Tienes tanta música diferente aquí… [Londres]. De la variedad nace la próxima generación. En California la música es casi toda igual”. Mary habla con respecto a este proyecto de «abrazar la cultura» inglesa, de empaparse de su sonido.
Por el tracklist aparecen igual los hermanos Lawrence que Sam Smith, Sam Romans, Emeli Sandé, Naughty Boy, M.J. Cole, Eg White, Jimmy Napes o Steve Fitzmaurice. Nombres más o menos conocidos, pero todos apuestas seguras detrás de los éxitos más relevantes que ha dado la música británica en los últimos años. Y todos jugando aquí en una «zona segura». Porque seamos sinceros, si Mary J Blige hubiese querido arriesgar, la lista habría cambiado bastante y posiblemente hubiese molado infinitamente más.
A pesar de que nos hayan vendido ‘Right Now‘ con Disclosure como primer sencillo, este no es el disco de baile de Blige. Ni mucho menos. Los números de baile son contados y están esparcidos estratégicamente por el tracklist. Los puntos álgidos en el aumento de revoluciones los encontramos en ‘Nobody But You‘ de M.J. Cole, ‘Follow‘ también de Disclosure, ‘My Loving’ y ‘Pick Me Up’, con producción de Naughty Boy y una de las composiciones de Emeli Sandé, en la que sólo un clarinete y un poco de UK Garage consiguen uno de los momentos más relevantes.
‘Therapy’, con producción de Eg White (Adele, Florence and the Machine, Maverick Sabre), añade unos coros y un sonido doo wop que hacen que sobresalga sobre el resto de baladas, acertadamente abriendo el disco, pero… ¿de verdad tenemos que tragarnos una canción que habla, sin ninguna gracia, de “hacer terapia”? Aparte de esto, lo que nos queda es un conjunto de baladas que recuerdan el éxito que ha tenido en los EEUU Sam Smith con ‘Stay With Me’, y que posiblemente haya sido la principal inspiración para dar coherencia a este trabajo o decantarse por un estilo.
Tampoco hay que olvidar que Rodney Jerkins, productor ejecutivo del álbum, está detrás de todo el proyecto y se ha encargado de dar más de un toque final. Igual no ha valido la pena mudarse un mes hasta la capital del imperio británico para terminar llenando un disco de canciones que podría haber hecho cómodamente desde casa y que no supone al final ninguna aventura en la carrera de Mary J Blige. No será por artistas interesantes que han surgido en el R&B en los últimos años…
Al margen de su concepto, si hay un elemento que domina en la carrera de Blige, ya sea en temas propios o en colaboraciones, es su voz: el dominio y la textura de un timbre que es reconocible y marca de identidad desde el minuto cero. Aquí no es excepción, y al final, una vez más, es lo que salva la función. Por encima de composiciones más o menos atractivas o interesantes, lo que consigue que nos traguemos este trabajo desde el principio hasta el final es la unidad que le da Blige. Ciertamente, no podremos diferenciar entre ‘Not Loving You’, ‘When You’re Gone’ o ‘Worth My Time’, pero cuando aparezcan a lo largo del disco no tendremos que vernos obligados a evitarlas. También nos quedan un par de temas notables que como sencillos deberían funcionarle de maravilla.
Calificación: 6/10
Lo mejor: ‘Right Now’, ‘Pick Me Up’, ‘Follow’
Te gustará si te gustan: Sam Smith, Emeli Sandé y los británicos que triunfan en EEUU.
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