Andy Stott no ha durado mucho en la luz que irradiaba ‘Luxury Problems‘. Su nuevo disco, ‘Faith In Strangers’, devuelve al productor de Manchester a la tenebrosidad y calidad barrosa de los magníficos EPs que impulsaron su popularidad hace unos años, ‘We Stay Together’ y ‘Passed Me By’, aportando además ideas nuevas a su vocabulario de techno pesado y sucio. La más llamativa es el bombardino en la pieza que da inicio al álbum, ‘Time Away’, un cinemático pasaje tan bello como inquietante que sirve como introducción al turbio mundo de ‘Faith In Strangers’, tan bien reflejado en su extraña a la par que fascinante cubierta. Pero también hay espacio a lo largo del álbum para el trap desencajado de ‘Damage’ o ‘No Surrender’, de intro muy kosmische; o para las sonoridades de aspecto virtual reminiscente de Oneohtrix Point Never en la imponente ‘Violence‘. Es en esta canción donde volvemos a oír por primera vez en el disco la dulce voz de Alison Skidmore, que interpretaba varios temas en ‘Luxury Problems’, aunque aquí Stott trata su voz para hacerla sonar metálica, robótica, a diferencia de lo que ocurre en la crujiente ‘On Oath’ o en la épica pista que titula el álbum: todo un viaje, por cierto, donde las ambientaciones se inclinan hacia el onirismo más tenebroso resultando siempre profundamente emotivas. Quizás sea la obra maestra de ‘Faith In Strangers’, pero yo me quedo con ‘How It Was’ exactamente por los mismos motivos. Mención especial merece ‘Science and Industry’, inspirada en una visita de Stott a un museo de… ¡ciencia e industria! Un tema de beats nerviosos y ricos paisajes instrumentales. Desde la oscuridad, Stott, entre la contemplación y la contundencia, entre la melancolía y la suciedad, entregando otro gran disco al mundo. ¿Para qué luz?
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Time Away’, ‘Violence’, ‘How It Was’, ‘Faith In Strangers’
Te gustará si te gusta: Actress, Oneohtrix Point Never, Demdike Stare, Vessel
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