Holly Johnson, una mina de titulares

Antes de empezar esta entrevista, le comento a Holly Johnson, carismático líder de Frankie Goes to Hollywood, que escribí la crítica de su último disco para JNSP. Tras preguntarme mi nombre y la web en concreto, empezamos a hablar. Holly se muestra al tanto de la actualidad musical, muy lúcido sobre su lugar en la historia del pop y combativo a la hora de defender la escena de Liverpool post-Beatles. Todo ello respondido con tono pausado, risueño, una voz afable que mantiene intacto su acento «scouse».

Cuando escuché tu nuevo disco ‘Europa’ por primera vez, me costaba un poco localizar el sonido en el tiempo. Reconozco que es la manía que tenemos los críticos a veces de querer deteminar si algo es contemporáneo o retro.
Bueno, en realidad yo crecí oyendo música de los 60 y 70, así que siempre me cuesta entender mi música como de los 80, en mi percepción personal. Reconozco que es difícil, con todos los medios etiquetando las cosas por décadas constantemente. Yo empecé mi carrera en los 70, en realidad. Estuve en varios grupos, y saqué un single en el sello Eric’s en 1979…

Sí, ‘Yankee Rose‘, como Holly, ¿no? Se puede oír en tu Soundcloud. Suena bastante diferente a lo que hiciste después.
Bueno, ya sabes, hice la canción con el equipo que había disponible y es, básicamente, una tarde en el estudio. Incluyendo la mezcla y todo eso. Para mí fue muy emocionante grabar algo por primera vez, algo que desde los trece años había deseado hacer. En cualquier caso, en lo que respecta a ‘Europa’, algunas de las canciones las escribí en los 80, otras en los 90, o en los 00… y otras más recientemente. Así que es una especie de retrospectiva, un poco al estilo de lo que se hace en el mundo del arte, si quieres. Son canciones de distintos momentos de mi carrera como escritor de canciones. El material más reciente, como ‘In And Out Of Love’, ‘So Much It Hurts’, ‘Heaven’s Eyes’, sigue sonando de todas formas con una continuidad con lo anterior. Está grabado por la misma persona, en el mismo momento y estudio. Tuve especial interés en trabajar con alguien al tanto de los sonidos actuales, Mark Ralph, que ha trabajado con Hot Chip, Franz Ferdinand, Clean Bandit, gente así. Así que tenía la confianza de que sonaría moderno. Pero cuando escucho discos modernos a veces pienso: «oh dios mío, están intentando hacer lo que ya hicimos». Hay tantísimos grupos muy jóvenes tratando de sonar como The Human League, New Order, o Frankie Goes To Hollywood. Por ejemplo hay un grupo de Berlín ahora mismo, se llaman Ballet School, que intentan sonar como… ¡Pat Benatar!

¿Y eso qué te parece?
No sé si es algo bueno o malo, pero es muy… interesante. Estamos en una época en la que, con YouTube, la gente puede referenciar cosas de épocas muy diferentes mientras trabaja en el estudio. Así que entiendo también la necesidad a veces del crítico de entender de qué época son las referencias sonoras de ciertos discos. En ‘Europa’ pusimos mucho cuidado en utilizar sintetizadores reales, no usar «plug-ins», cada sonido fue diseñado específicamente, y grabamos todo en plan analógico.

«Inglaterra es bastante gris y es fácil a veces caer en la melancolía. Por eso intento poner mensajes positivos en las canciones para animarme a mí mismo, para moverme, hacer cosas…»

Las canciones, a nivel de letras, están llenas de mensajes positivos.
Bueno, puedo ser una persona bastante depresiva, aunque intento mostrar el lado positivo. Inglaterra es bastante gris y es fácil a veces caer en la melancolía. Por eso intento poner mensajes positivos en las canciones para animarme a mí mismo, para moverme, hacer cosas… Son canciones que tengo que escuchar una y otra vez, porque yo trabajo despacio, todo me lleva bastante tiempo. Así que para mantener, digamos, la moral alta, me pongo esos mensajes. No son realmente para otros, no intento dar consejos a los demás, todos esos “follow your heart”, “hold on tight” o “the sun will shine again” están dirigidos a mí.

Vaya, no se escucha a muchos artistas reconocer que escriben para ellos mismos…
Bueno, yo creo que como artista soy extremadamente egoísta. Todos tenemos que serlo. Es decir, tenemos que pasar horas encerrados en salas en soledad, y no pensar en el mundo exterior para poder hacer lo nuestro, para interpretar música, o componer algo, así que es natural. Además, dedicarte a eso que soñabas ser cuando eras adolescente tiene algo muy egoísta, y a la vez es algo que cuesta mucho esfuerzo.

«No era fácil ser glam en los 70, no. La era en la que estábamos viviendo, y la ciudad, Liverpool en los 70, era una cultura de rollo muy «macho»»

Mencionas tu adolescencia. A veces da la impresión al leer acerca de los 70 que a todo el mundo le gustaban T-Rex y David Bowie y que ir por ahí con pintas glam era lo más habitual. Pero tengo la sospecha de que era más duro de lo que parece. ¿Es así?
Exacto, no era fácil, no. La era en la que estábamos viviendo, y la ciudad, Liverpool en los 70, era una cultura de rollo muy «macho», con el fútbol y todo eso, y muy conservadora, por la influencia de la religión. Una ciudad particularmente especial, con reglas invisibles especiales, a la que no le gustaba la gente que destacaba entre la masa. Y la sexualidad era muy convencional. Así que teñirte el pelo, o llevar maquillaje, o cualquier otra cosa llamativa no se veía bien, y era muy criticado. Te insultaban o agredían físicamente por ser marica, “queer”, esa es la palabra que usaban entonces. Así que sí que era difícil para mí y mis amigos Peter y Mary, con los que escuchaba música y veíamos conciertos, como el de Bowie en Liverpool, el penúltimo de la gira de Ziggy Stardust. Ese tipo de evento es donde nos encontrábamos en nuestro sitio… se sabía por aquel entonces que David era bisexual, a pesar de estar casado y tener un hijo… era algo con lo que identificarnos en medio de todo aquel aislamiento. Pero unos años después, cuando llegó todo el movimiento de la nueva ola y el punk, dejaron de llamarnos maricas y simplemente nos insultaban llamándonos “punk”. No necesariamente con mejor intención, pero al menos era un cambio.

«Siempre se habla de New Order. O de los Smiths, los cuales, sabes, para mí en los 80 no fueron nada comparados con Frankie Goes To Hollywood»

Tengo un amigo que tiene la teoría de que la escena de Manchester siempre está en boca de la crítica y los estudiosos, y que la de Liverpool, con todas esas espléndidas bandas como Big In Japan, Teardrop Explodes, Dead or Alive, OMD, Echo and the Bunnymen, es periódicamente ninguneada. ¿Qué opinas?
Sí, está en lo cierto. En los medios de comunicación hay una preferencia clara por lo que eligen para escribir, y Manchester es una de ellas. Siempre se habla de New Order. O de los Smiths, los cuales, sabes, para mí en los 80 no fueron nada comparados con Frankie Goes To Hollywood. Una banda retro, con un cantante con pintas retro, que escribía letras geniales, eso sí que tengo que reconocerlo, pero un grupo que para mí no era nada interesante. Nosotros queríamos sonar nuevos, excitantes, frescos, y me parecía que eso estaba en la música electrónica más que en el pop de guitarras en el que, seamos sinceros, los Beatles fueron insuperables. Y nada como ellos salió nunca de Manchester. Para mí todas esas bandas nunca fueron una influencia. Pero la gente que escribe en revistas como Rolling Stone, Mojo, Q, encuentran ese sonido muy atractivo. Y me resulta muy interesante el hecho de que no había ningún cantante abiertamente gay en aquella escena de Manchester.

Bueno, Morrissey años después ya reveló más o menos su sexualidad en disco y en su libro…
¿De veras? Bueno, francamente tampoco me interesa mucho (risas). Lo que es mucho más interesante es cómo la escena de Manchester de hecho se alimentó de la de Liverpool. Al principio había bandas en Liverpool muy interesantes, como Deaf School, que eran más rollo “art school”, eran los únicos sobre los que escribían en el Melody Maker y esas revistas. También estaban The Real Thing, que era un grupo multirracial de música disco, tuvieron algunos hits. Pero claro, los Beatles proyectaban una sombra muy alargada y todo acababa siendo comparado con ellos siempre en la prensa. El caso es que había un club, Eric’s, donde iba todo el mundo, y los grupos podían conocerse entre sí, o conocer por ejemplo a un fotógrafo o hacer otros contactos interesantes, era genial. Bueno, pues Tony Wilson venía a menudo por allí antes de montar Factory Records y The Haçienda, solía fumar marihuana en el despacho de Roger Eagle, que es quien fundó el club y también el sello Eric’s, y quería montar algo en Manchester que fuese como Eric’s.

«En un primer momento Factory Records iba a ser una colaboración entre el sello Eric’s (de Liverpool) y Tony Wilson, aunque al final lo hizo por su cuenta»

Así que copió la idea de montar un club y a la vez un sello…
Sí, de hecho en un primer momento Factory Records iba a ser una colaboración entre el sello Eric’s y Tony Wilson, aunque al final lo hizo por su cuenta. Esto sale relatado en el libro sobre Eric’s de hace algunos años, aunque yo lo vi con mis propios ojos, porque a veces de día ensayábamos allí, y Tony venía todo el tiempo y comentaba distintas ideas con Roger. Finalmente montó un club pequeño y con el dinero que sacó montó uno mayor, The Haçienda. Pero realmente toda la idea vino de lo que estaba pasando en Liverpool. Manchester está sólo a treinta millas, podías estar aquí en un viaje muy corto en tren. Y es muy interesante cómo la prensa actualmente habla de las dos ciudades como si estuviesen separadas por un millón de millas y como si Liverpool casi ni hubiese existido en la historia de música, lo cual no es cierto, claro.

En Youtube hay un vídeo fascinante de Frankie Goes To Hollywood tocando ‘Relax’ en playback para el programa de televisión The Tube en 1983, cuando aún no teníais contrato discográfico, y la canción suena distinta, más marcadamente funk, antes de que pasase por las manos de Trevor Horn. ¿Recuerdas la actuación?
¡Evidentemente! Creo que fue de hecho un poco antes, a finales del 82. Bueno, pero la estructura básica ya estaba ahí, con el bombo «four on the floor». Es una demo que hicimos aquel año para mover por los sellos, la grabamos en Londres tocada en directo en el estudio. Luego hubo dos demos más: una sesión para John Peel y una tercera que grabamos para el programa de la BBC de Kid Jensen. Esa es la que oyó Trevor Horn y la que hizo que nos llamase. Yo estaba a punto de dejar la música después de intentarlo en vano durante años, de hecho me acababa de apuntar para empezar a estudiar en una Escuela de Arte. Al final fueron tres meses grabando la canción con Trevor: grabando, borrando porque no sonaba suficientemente bien, grabando otra vez… así tres meses.

Una última pregunta ahora que ha salido una nueva versión de ‘Do They Know It’s Christmas’ y que se cumplen 30 años desde que la original compitió por ser número uno en navidad con vuestro single ‘The Power Of Love’. Aunque técnicamente ganó Band Aid, mucha gente considera ‘The Power Of Love’ la auténtica canción de las navidades de 1984. ¿Qué opinas?
Bueno, lo primero de todo es que cuando escribí ‘The Power Of Love’ no iba sobre la navidad. Salió justo antes, y el sello hizo un videoclip para la canción sin consultarnos, aprovechando que estábamos de gira por los EE.UU., usando algunas imágenes navideñas. Así que obviamente creían que había posibilidades comerciales, pero bueno, no era la idea inicial lo de asociarlo a esa fiesta. Pero de alguna manera creo que fue una suerte, y hoy en día la canción suena todos los años por estas fechas. Me hace muy feliz sobre todo porque creo que es una gran canción. No era la idea inicial, pero al final se ha convertido en algo muy especial para mucha gente y eso está bien.

Os pidieron participar en el single de Band Aid, ¿verdad?
Sí. Como te digo, estábamos de gira por América por aquel entonces, y Bob Geldof nos llamaba a todos los hoteles en los que estábamos alojados para convencernos de que volviésemos a Inglaterra a grabarla. Al final aparezco en el disco, en la versión con los mensajes de artistas de la cara B. Lo grabé por teléfono desde el hotel en Chicago, simplemente dije «Happy Christmas… Ho ho ho…!»

[En este punto Holly me dice que ya ha localizado mi crítica.]
Es bastante larga… hey ¡me das sólo 6’5 sobre 10!

[Mientras intento salir del apuro me dice con mucha amabilidad…]
Sólo puedo decir que en Uncut me dieron un 7 sobre 10, en Q me dieron 4 estrellas de 5.

En Mojo te pusieron bien también…
Sí, pero es la única crítica en la que consideraron relevante decir que soy seropositivo. Es el único crítico gay que ha escrito sobre el disco en el Reino Unido, le conozco, y está más interesado en el aspecto gay que en lo musical. Me resulta… interesante.

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Publicado por
Jaime Cristóbal